Ada Colau ha pasado unas semanas muy complicadas a nivel personal, ya que ha sido muy dura la presión recibida por parte de ERC en contra de la actual alcaldesa. Además, Colau ha vivido muy mal los insultos y las amenazas recibidas a lo largo de la jornada de investidura.

Ada Colau ha querido dejar claro que no dio el paso de saltar del activismo a la política para quedarse en un sillón, pasase lo que pasase y se ha planteado, en varias ocasiones, que con dos mandatos al frente del Ayuntamiento de Barcelona es más que suficiente.

Lo más seguro es que este sea su último mandato

Ada Colau mantiene la idea de que este sea su último mandato al frente del consistorio de Barcelona, ya que no cree que sea capaz de mantenerse más tiempo en la institución.

Al ser preguntada por cómo se hubiera tomado que Xavier Trias, hace cuatro años, hubiera pactado con el Partido Socialista de Catalunya y con Ciudadanos para poder seguir siendo alcalde de la ciudad de Barcelona gracias a sus votos y evitar que fuera Ada Colau la alcaldesa; la propia Ada Colau ha admitido que lo habría visto mal y lo habría criticado, pero hubiera sido completamente legítimo.

Todos los políticos llegan a acuerdos, pero siempre respetando las reglas del juego

Con el bipartidismo, llegar a un acuerdo entre partidos se hacía de manera puntual, pero ahora que ningún partido logra la mayoría absoluta, va a ser cada vez más normal.

Eso sí, a pesar de que gracias a Manuel Valls, ella es la alcaldesa, Ada Colau no ha dudado en criticar la reacción de Valls, que se negó a dar la mano de Quim Torra, presidente del Govern, tras su investidura como alcaldesa. Aunque existan muchas discrepancias, cuando hay un cargo institucional delante hay que mantener unas mínimas formas por educación.

Tras la investidura, el mismo lunes se volvió a colocar un lazo de color amarillo en solidaridad y como muestra de apoyo a los políticos independentistas presos en la fachada del Ayuntamiento. Colau ha indicado que no lo hacen para marcar distancias con el Partido Socialista Catalán y que, aunque vayan a gobernar juntos, cada grupo municipal va a mantener su punto de vista sobre este tema.

Colau apuesta por tener al Partido Socialista como aliado en la lucha para lograr que la política deje de ser judicializada y para que la gente que ha sido privada de su libertad salga cuanto antes a la calle. Por otro lado, las personas que tienen responsabilidades dentro del gobierno deben dar un paso más allá dentro de la crítica y buscar una serie de soluciones realmente efectivas.

Colau espera que se organice un gobierno central de ideología de izquierdas y, aunque las diferencias con el Partido Socialista se mantienen, no es la primera vez que se han encontrado en el camino. Por ejemplo, cuando decidieron alejarse del bloque de partidos a favor del artículo 155 y cuando surgían las políticas neoliberales.

A la hora de cerrar las negociaciones que están teniendo lugar en la Diputación de Barcelona, a la hora de tener que elegir entre el PSC o el ERC, Ada Colau solo tiene claro que apoyaría un acuerdo que fuera de izquierdas. Y lo mejor, en este caso, sería pactar un tripartito de izquierdas para la Diputación.