Cuando solo faltan cinco días para que tenga lugar la investidura, la Alcaldía de la ciudad de Barcelona está en el aire. El último movimiento de Colau ha sido aceptar los votos de Valls si fueran necesarios. Por su parte, Maragall le ha advertido que sería un error aceptar estos votos y le recomienda que pacte con ERC y que le haga alcalde.
En menos de una semana se tendrá que cerrar la investidura en el Ayuntamiento de la ciudad de Barcelona. Será el próximo 15 de junio, pero no está claro quién será el próximo gobernante de la ciudad. Las opciones que hay encima de la mesa son dos: candidato de ERC, Ernest Maragall, o la candidata de Barcelona en Comú, Ada Colau.
La guerra entre ambos candidatos se está haciendo más dura y las negociaciones entre ambos grupos políticos parecen completamente estancadas
Ada Colau, aunque no fue la más votada en las pasadas elecciones del 26 de mayo, logró los mismos escaños que el propio Maragall, que ganó con diez concejales, pero Colau ha decidido presentarse a la susodicha investidura.
Colau ha sorprendido al afirmar el pasado fin de semana que los votos que le ofreció Manuel Valls, candidato de Ciudadanos por Barcelona, iban a ser bienvenidos, si se logra que Ada Colau repita como alcaldesa de la ciudad, y evitar que la Ciudad Condal acabe siendo gobernada por un ejecutivo de ideología independentista.
Es la primera vez que Colau acepta abiertamente el apoyo del que fue ministro en Francia, pero no dejaría de hablar con PSC y ERC hasta el día de la investidura con el objetivo de lograr un tripartito de ideología de izquierdas formado por las susodichas fuerzas políticas para lograr una mayoría bastante amplia.
Pero parece que este objetivo va a ser muy difícil de cumplir, ya que Maragall y Jaume Collboni (líder de los socialistas catalanes) se han negado a dar el mando a Colau.
A Colau no le llegaría con los tres votos que tiene Valls para poder repetir como alcaldesa, también necesitaría los ocho votos del PSC para poder lograr el número de 21 concejales que implica la mayoría absoluta.
Pero Collboni sigue manteniendo las condiciones para lograr el gobierno con la fuerza socialista.
Este lunes, Collboni ha asegurado que espera poder llegar a un acuerdo que lograría un ejecutivo estable con 18 concejales y dice estar muy tranquilo y con confianza de lograr dicho acuerdo. Considera que la presentación de Colau a la investidura es como tirarse a una piscina sin agua, además, ha advertido que el Partido Socialista no va a ofrecer un cheque en blanco al partido de los comunes.
Maragall, por su parte, necesitaría once votos para poder ser investido como alcalde
El último movimiento del propio Maragall ha sido mover a través de las redes sociales las críticas de Varoufakis a la propia Ada Colau por aceptar los votos que le ha ofrecido Valls, ya que, si la alcaldesa aceptase estos votos, estaría aceptando la ayuda de un partido oportunista, racista, muy autoritario y que acabaría arruinando al partido socialista y dañaría el significado de partido de izquierdas como ocurrió en Francia.
Además, Maragall ha criticado a Colau que no haya aceptado la oferta de hacer una coherencia de tintes progresistas. Este sería un gobierno para la ciudad de Barcelona y el alcalde debe aunar a los partidos Bcomú y ERC creando una nueva figura de poder con la idea de que Colau logre un rol de responsabilidad, una especie de vicealcaldesa.