El teatro de operaciones para conseguir formar el Gobierno de la Junta de Andalucía está en estos momentos en plena ebullición, y las negociaciones entre los tres partidos que pueden formar una mayoría que consiga expulsar al PSOE del Gobierno andaluz por primera vez desde que hay elecciones autonómicas tienen ya un ritmo frenético. Los tres partidos del arco parlamentario derecho quieren aprovechar la pérdida del poder de un PSOE desgastado por su larga estancia en el Gobierno y por los casos de corrupción que se han dado en esta comunidad.

Para el Partido Popular y su líder Pablo Casado existen dos premisas que son irrenunciables en estas conversaciones, la primera es lograr acabar con la hegemonía del PSOE en la comunidad autónoma y la segunda, para la que se muestra inflexible, es que su candidato sea quien presida el Gobierno andaluz.

En esto choca abiertamente con Ciudadanos, que mantiene la tesis de que el candidato de ésta formación Juan Marín debe de ser el presidente, ha cambio de sumar sus votos a los demás partidos de la derecha andaluza, es la intención que tiene Albert Rivera y su partido. Esto significaría que presidiría la Junta de Andalucía el tercer partido en escaños del congreso andaluz.

Pablo Casado ya se ha mostrado abierto a ceder consejerías al partido de extrema derecha Vox, cuyo número uno en Andalucía es Francisco Serrano, que ejerció anteriormente la carrera judicial. En caso de que estas negociaciones lleguen a buen puerto, esto supone un cambio histórico en la comunidad autónoma andaluza, ya que desde las primeras elecciones al parlamento andaluz, todas las consejerías han estado en manos de políticos de signo izquierdista.

La entrada de Vox en el Gobierno de Andalucía supondrá una auténtica revolución que hace poco tiempo nadie se habría atrevido a pronosticar.

En declaraciones a Radio Nacional de España Pablo Casado ha dicho textualmente: “La única posición de partida que es innegociable es que Juan Manuel Moreno tiene que ser el presidente de la Junta y el PP tiene que ser quien lidere ese cambio.

Luego ya si es un acuerdo de investidura o de legislatura o de Gobierno se tiene que hablar en primer lugar con Ciudadanos y luego Vox tendrá que decidir si tiene una posición pasiva, es decir, abstenerse y facilitarlo, o activa

Por el momento Pablo Casado ha mantenido contactos telefónicos tanto con Albert Rivera como con Santiago Abascal, a fin de ir aclarando posiciones y llegar a un más que posible acuerdo para gobernar la comunidad andaluza en los próximos cuatro años.

Aunque el líder de los populares se está encontrando con el escollo de la propuesta de la Ejecutiva Nacional de Ciudadanos, que ha llegado a insinuar que si su candidato no es aceptado como Presidente de la Junta de Andalucía, se podría llegar a la situación de tener que convocar unas nuevas elecciones.