El 80 cumpleaños de la reina Doña Sofía consiguió casi lo imposible: unir a toda la familia en Zarzuela y que su hija, la infanta Cristina, fuera aceptada de nuevo en el núcleo familiar. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y la imagen familiar tomada por el fotógrafo oficial de Casa Real el pasado día 2 de noviembre, fue un duro golpe para el emérito, que aparece una forma un tanto llamativa en las escalinatas. El rey emérito se negó a salir sentado en la foto oficial y sale de pie con una forma un tanto extraña de describir: imposibilitado y con la pierna derecha torcida.

Las dificultades para tomar la foto del emérito

Pese a que el monarca se empeñó en ser fotografiado de pie, el que le aconsejó que saliera sentado no fue bien tratado por Juan Carlos I, quien incluso le echó la bronca, sin embargo, le habría hecho un favor.

En la imagen se aprecia con total claridad el motivo que le llevó al monarca a someterse a una intervención el pasado mes de abril, pues tiene grandes dificultades para poder andar y usa un bastón para ello. Sin embargo, el emérito no quiso aparecer así en la foto oficial y esto dificultó en gran parte la instantánea.

Una fuente cercana al emérito confirma a 'El Español' que es una venganza de Letizia

Sin embargo, y tal como informa El Español, la imagen facilitada a los medios y donde se aprecia perfectamente que algo raro le ocurre en la pierna, se trataría de una venganza por parte de la reina Letizia, que es la encargada de decidir qué imagen se manda a los medios.

De este modo, la reina consorte querría visibilizar cómo se encuentra su suegro. Una fuente cercana a Juan Carlos cuenta a El Español que de este modo, se cumpliría una venganza de la reina Letizia hacia su familia política, pues en la foto, los que mejor salen son los Borbón Ortiz y la Reina Sofía. Incluso el hijo de la infanta Cristina, Pablo Nicolás, sale con los ojos cerrados.

Juan Carlos I quiso estar presente en su cumpleaños

Según el periódico El Español, no parece esta la única venganza hacia el emérito, pues la otra vendría por parte de la reina Sofía.

Tras numerosos años de matrimonio cargados de desplantes, humillaciones y llantos, fruto del comportamiento del emérito, Sofía parece haberse sacado una espina. La emérita hizo a Felipe VI que obligara a su padre a acudir al 80 cumpleaños de Doña Sofía y posteriormente, a posar en una foto que si dependiera de Juan Carlos I, jamás habría visto la luz.