El enfrentamiento entre los dos ganadores de las primarias en el Partido Popular, Soraya Saénz de Santamaría y Pablo Casado, va a constituirse en una guerra sin piedad tras la decisión del segundo en no integrarse en una lista única. En este apasionante duelo, quien tiene todas las papeletas para ganar es la ex vicepresidenta del gobierno de Mariano Rajoy.
Con casi toda probabilidad echará en cara a Casado que fue uno de los comisionistas en el gobierno de José María Aznar. Hasta el punto de haber amasado un importante patrimonio personal como consecuencia de estos ingresos.
Estos datos los conoce Saénz de Santamaría y no dudará en sacarlos a relucir para minar las aspiraciones del joven político de Ávila. No en vano, es uno de los temores que albergan desde su equipo más próximo.
Negocios con el régimen totalitario de Gadafi en Libia
La carrera política llevó a Pablo Casado a ser uno de los políticos predilectos de José María Aznar y para que fuese uno de sus hombres de más confianza para refrendar importantes acuerdos comerciales con algunos de los regímenes más dictatoriales del mundo. Como por ejemplo, en la Libia del coronel Gadafi que fue una de las fuentes en donde el político de las Nuevas Generaciones del PP tuvo sus primeras relaciones con el mundo del dinero.
En este caso, por medio de unas fuertes comisiones tras los acuerdos entre empresas españolas y de este país del Norte de África. Este dato va a ser aprovechado por la ex vicepresidenta del gobierno para acabar con su incipiente carrera política. Más allá de las irregularidades en la obtención de sus títulos académicos y muy especialmente con los máster realizados en las universidades de la Comunidad de Madrid.
Casado no ha trabajado nunca en el mundo de la empresa
Otro de los aspectos que más perjudican a Pablo Casado, es que desde los 24 años en que está metido en el mundo de la política, siempre ha vivido de esta actividad. No puede olvidarse que en sus curriculum vitae no se refleja que haya cotizado un solo mes como trabajador en una empresa.
Siempre ha estado bajo el paraguas de los sueldos dentro del Partido Popular. Incluso desde muy joven cuando era uno de los líderes más prometedores de Nuevas Generaciones del PP.
En este sentido, llama especialmente la atención de que en las primarias del PP haya atacado a sus adversarios al recriminarlos que eran parte del aparato cuando él mismo lo es desde muy temprana edad. Primero, bajo los órdenes de Aznar, luego de Esperanza Aguirre y por último de Mariano Rajoy.