Antes de poder comprender la situación actual de Siria, tenemos que remontarnos al pasado, concretamente a la época sumeria y mesopotámica, es decir, al origen de la civilización. El territorio Sirio ha sido durante toda la historia un punto de contacto entre Asia y Europa, y aunque actualmente no posee muchas reservas de petróleo y gas natural, sí goza de ser una de las zonas con mejor salida al mar para el transporte de estos recursos naturales hacia occidente.
Tras la segunda guerra mundial surgió la ideología Baaz, la cual sueña con una sola nación árabe pero no musulmana, laica, es decir, no religiosa y además socialista.
De este ideario era partícipe Háfez al-Ásad, quien en el año 1971 dio un golpe de estado y se proclamó presidente, cargo que ocupó hasta su muerte en el año 2000. Tras su fallecimiento tomó el puesto su hijo Bashar al-Ásad, el actual presidente.
Actualmente
El gobierno actual es laico, pero está formado por musulmanes chiíes, quienes conforman la minoría dentro de la población musulmana siria. De otra parte, intentando derrocar a la presidencia, se encuentran los musulmanes sunníes, que conforman la mayoría musulmana; los islamistas; los islamistas extremos y otros setenta grupos más, a este conjunto se les conoce como ‘’opositores’’. Y aparte de enfrentarse a estos colectivos, el gobierno también debe lidiar con el Al-Nusra, rama de Al,Qaeda en Siria, y el ISIS o Estado Islámico.
Actualmente el gobierno de Siria es apoyado por los estados de Rusia, Irán y China, y la oposición tiene el apoyo de los Estados Unidos de América, Francia, Turquía, Inglaterra y Arabia Saudita.
Siria, apunto de reconquistar el último bastión yihadista cerca de Damasco, y después de años de guerra, en un momento en que es posible alcanzar la paz, a Bashar al-Ásad, según Donald Trump, no se le ocurre otra cosa que bombardear con armas químicas a su propio pueblo, y sin investigación alguna y violando flagrantemente el derecho internacional, la coalición formada por EE.UU, Francia e Inglaterra decide atacar Siria lanzando más de cien misiles.
Ataque químico
El supuesto ataque químico fue denunciado por ‘’El ejercito del Islam’’, tal vez no les suene, pero este grupo no reconocido como terrorista está formado por musulmanes wahabitas que entre otras cosas defiende que aquél que no sea partidario de su ideología debe morir. Entre las ‘’hazañas’’ más importante de esta agrupación se encuentran el atentado de Damasco en 2012; la masacre de Adra, perpetrado junto al Al-Nusra en 2013, donde fusilaron y decapitaron a cerca de cien personas de minoría religiosa; o los ataques a los kurdos con armas químicas en 2016.
Este es el currículo de los denunciantes del supuesto ataque químico. Por otra parte, el “ataque” también ha sido denunciado por “los cascos blancos”, una fuente recurrente financiada por EE.UU., famosa por sus montajes y su cercanía a los yihadistas radicales a los que llaman ‘’rebeldes moderados’’. Y por último, hubo otro denunciante, el observatorio sirio de derechos humanos, el cual se compone básicamente de un solo hombre que vive en Inglaterra y desde allí informa. Pero ninguna de estas fuentes ni los informantes tienen pruebas del supuesto ataque. Estados Unidos no ha podido presentar ni una sola prueba ante la ONU. Pruebas que la OPAQ pretende buscar ahora.
Parece que Siria y Bashar al-Ásad pueden correr el mismo destino que Irak y Sadam Hussein, o Libia y Muamar el Gadafi, casos en los que independientemente de la opinión que se pueda tener sobre ellos, ha quedado claro que las intervenciones ´´humanitarias’’ sólo provocan más caos y muerte.
No olvidemos que el ISIS surgió de la intervención a Irak, de la intervención a Libia se produjo un caos en dicho país donde varios partidos políticos están en guerra entre sí provocando que Libia pasase de ser el país más desarrollado de África a ser un estado inviable. Y en Siria no va a ser distinto.
Mientras los medios nos informan sobre supuestos ataques químicos perpetrados por un ‘’tirano dictador’’, se olvidan de la situación que actualmente vive Palestina ni informan sobre Yemen, estado acosado y bombardeado por Arabia Saudita.
Nos mintieron sobre Irak y sus supuestas armas de destrucción masiva que nunca se encontraron ni se probaron fehacientemente. Nos mintieron sobre Libia, y en 2016 el gobierno británico admitió que el ‘’caso Gadafi’’ se magnificó y se actuó sin tener ni idea sobre los grupos yihadistas radicales a los que también llamaban ‘’rebeldes moderados’’. Así que, ¿por qué no nos van a estar mintiendo ahora con Siria?