Este domingo el diario El País abría su edición con la noticia de que Pablo Casado puede ser el nombre del Partido Popular para sustituir a la ya ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. No en vano, se trata de una de las figuras emergentes dentro de la formación política de la gaviota. Pero su posible elección podría tener unos efectos no deseados para los conservadores al tener un expediente político con muchas relaciones con la corrupción.
Hasta el punto de que en los próximos días algunos de los sectores del Partido Popular pueden filtrar noticias sobre escándalos en las actividades desarrolladas por este joven cachorro del PP.
Una de las más relevantes es la que tiene que ver con sus actuaciones en la Libia de Gadafi. Y más concretamente con la adjudicación de importantes contratos por algunas de las más importantes empresas españolas. En donde Pablo Casado ha desempeñado un papel muy destacado y hasta ha conseguido fuertes rendimientos para su patrimonio personal.
Comisionista en la Libia del dictador Gadafi
El papel de este Casado fue el de encargado por el que fuera presidente de gobierno, José María Aznar, para establecer las comisiones con empresas como Abengoa. En ese periodo, hay que recordar que el diputado por Ávila era uno de los hombres de confianza de Aznar al ser el vocal asesor de la oficina del anterior presidente del gobierno español.
Fue un periodo en donde miembros muy importantes del Partido Popular obtuvieron unas importantes comisiones que pasaron a engrosar su cuenta corriente. Para años más tarde, encontrarse con el derribo del régimen de Gadafi como estrategia para traer la democracia a esta parte del mundo. Con los efectos no deseados de esta discutida actuación ya que supuso la infiltración del movimientos yihadista.
Comisiones del 1 % en los contratos
Los beneficios que obtuvo Pablo Casado, al igual que otros relevantes militantes del Partido Popular”, quedaron fijados en un tasa del 1 % en todos los contratos cerrados en este país norteafricano. Se trata de un hecho que puede salir en los próximos días para torpedear la candidatura de Casado para suceder a la extinta Cristina Cifuentes en el gobierno regional de Madrid.
Por otra parte, uno de los puntos débiles de Pablo Casado es su fuerte vinculación con la anterior presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Hasta el punto de que uno de los grupos del PP, el de Soraya Saénz de Santamaría, estaría en serias divergencias con sus postulados políticos. Con lo que se podría atisbar nuevos enfrentamientos antes de las elecciones autonómicas de 2019.