Las elecciones legislativas en Estados Unidos, las cuales tienen lugar a mitad del mandato de todos los presidentes del país del norte, marcarán el año político para dicho país, y constituirá una prueba de fuego para el magnate Donald Trump. Allí, el mandatario y los republicanos buscarán continuar con su mayoría en el Congreso.
Desde el mes de marzo, la atención de la prensa y el público estadounidense, así como los de buena parte del mundo, estarán centradas en estas elecciones, y los políticos se sumergirán en sus respectivas campañas.
Sin duda, el gran objetivo de los republicanos (partido al cual representa Trump) es romper con esa suerte de tradición (o maldición), que indica que el partido del mandatario en ejercicio pierde en promedio unas 32 bancas en la Cámara de Representantes y 2 en el Senado, debido principalmente al desgaste luego de casi 2 años de ejercer el poder.
En la cámara baja, los republicanos cuentan con una abrumadora mayoría de 24 representantes, mientras que en la cámara alta la ventaja es mínima (tan solo de 2 Senadores).
Cory Bliss, director ejecutivo del Congressional Leadership Fund (uno de los principales comités republicanos), tiene muy en claro cómo van a ser las cosas en estas elecciones legislativas: "La historia indica que el partido del Presidente pierde su mayoría; nuestra labor es desafiar a la historia" .
Panorama complicado para Donald
A lo largo de sus casi 2 años al frente de uno de los países más poderosos del mundo, Donald Trump se ha visto envuelto en decenas de polémicas y ha atacado a la prensa que no es partidaria suya; ésto se ve reflejado en su índice de popularidad, uno de los más bajos de la historia: solamente el 37% de los norteamericanos ha mostrado su apoyo al mandatario.
Sin embargo, los republicanos no abandonan la esperanza de que la situación resulte beneficiosa para sus intereses: el mayor motivo para estar confiados es la recientemente aprobada reforma fiscal, a cual incluyó importantes recortes de impuestos para empresas y, en menor grado, a los ciudadanos.
Recientemente, Trump se preguntó "¿por qué querrían los norteamericanos poner a demócratas en el Congreso el próximo año, cuando ésto significaría acabar con la enorme riqueza lograda desde que fui electo Presidente?".
"La gente está mucho mejor ahora", afirmó el magnate.
Por otro lado, los republicanos afirman que el mapa les beneficia, dado que los escaños más disputados en el Senado están en manos demócratas: Dakota del Norte, Misouri, Virginia Occidental e Indiana. Sin embargo, de acuerdo con una encuesta realizada por la NBC y el Wall Street Journal, afirma que la intención de voto de los ciudadanos otorga a los demócratas una ventaja de unos 4 puntos, debido principalmente a la baja popularidad de Trump.