La convulsa situación vivida durante los últimos meses en Cataluña ha puesto el objetivo en los principales partidos independentistas de Cataluña, como la CUP. Después de que el Tribunal Supremo imputara en los últimos días a Artur Mas, Marta Rovira y Anna Gabriel por rebelión, situándolos incluso en la cabecilla de "comité estratégico" encabezado por Carles Puigdemont y encargados, presuntamente, de diseñar la hoja de ruta que culminaría con una declaración unilateral de independencia. Ahora han sido dos detenciones de miembros de la CUP por incitación al odio lo que ha sembrado la controversia en el partido.
Dos detenidos por una presunta incitación al odio contra la Policía Nacional
Ha ocurrido este mismo miércoles, cuando los Mossos d'Esquadra detenían en el Ayuntamiento de Reus a Marta Llorens y Oriol Ciurana, ambos concejales de la CUP. Los motivos de la detención, según fuentes de El País, se basa en que no se han personado a declarar en la investigación puesta en marcha por, presuntamente, incitar al odio contra la policía. Fue en un manifiesto donde ambos ediles criticaron duramente la presencia de la Policía Nacional tras el referéndum celebrado el pasado 1 de octubre, donde hubo cargas policiales.
La juez, teniendo en cuenta estos hechos, se ha visto "en la obligación" de emitir una orden de arresto para que de esta forma, los Mossos procedieran a la detención de los dos concejales, después de haber intentado por dos veces fallidas, interrogar a los dos ediles, Oriol Ciurana y Marta Llorens.
El arresto ha tenido lugar este mismo miércoles en las dependencias municipales, donde habitualmente acuden a trabajar. Eso sí, ambos concejales han hecho pública su intención de no acudir por su propia voluntad ante las autoridades judiciales a través de las redes sociales, donde escribían advertían que "ya sabían donde podían encontrarlos".
Arrestados por criticar la presencia policial tras el 1-O
No obstante, se trata de un caso en el que también fue interrogado el alcalde de Reus por la redacción del manifiesto donde se criticaba el refuerzo policial, en el que pedía que se restaurara el clima normal de convivencia, alejado de las cargas policiales que tuvieron lugar el 1 de octubre y las fechas posteriores en algunas localidades de Cataluña. Se trató de un manifiesto altamente apoyado por el independentismo, firmado por varios partidos en pro de la independencia y los dos ediles de la CUP también participaron en la firma del documento.