Pese a que para muchos, el discurso del Rey Felipe VI llegaba con algunos días de demora, para otros ha sido una voz necesaria en el desafío independentista.
Los milenials, en su mayoría antimonárquicos, creen que en las palabras de su majestad hubo mucha firmeza y poca llamada al diálogo.
"No me pareció que fuese un discurso que quisiera consensuar entre las partes. Me pareció que el Rey hablaba con mucha firmeza y anteponía la legalidad y la Constitución a cualquier posibilidad de entendimiento", comenta Luis, profesor de Filosofía en Bachillerato.
Carmen, periodista y escritora, ha percibido algo similar a la interpretación de su compañero. "No recuerdo haber visto al Rey hablando con tanta firmeza. He escuchado comentarios sobre el discurso del 23-F y este, pero considero que no son comparables. Son situaciones muy diferentes. No creo que nadie estuviese a favor de un intento de golpe como el del 23-F, sin embargo, mucha gente quiere o está a favor de una independencia en Cataluña".
En una encuesta realizada por este medio a jóvenes de entre 25 y 35 años, la gran mayoría no se siente optimista con respecto al futuro de Cataluña. Piensan que, aunque no se produzca los próximos, la soberanía catalana ya está marcada.