La jornada de ayer sábado ha sido histórica y maratónica. Comenzó temprano, con una reunión extraordinaria de ministros. Una hora más tarde de lo previsto y generando varias especulaciones, Mariano Rajoy compareció ante los medios. El anuncio, como era de esperar, confirmaba que el gobierno pone en marcha el artículo 155 de la Constitución Nacional.
En un discurso muy claro y pedagógico, el presidente que en ningún momento perdió el gesto adusto y el tono severo, comunicó que enviaba cesaba al Govern y a Carles Puigdemont. A la par que mantiene la autonomía de Cataluña y limita las funciones del Parlament catalán.
Pese a que la fecha de las elecciones fue anticipada el viernes por integrantes del PSOE y Ciudadanos, el presidente informó que las elecciones se celebrarán en un plazo máximo de 6 meses. Fecha que no coincide con la ofrecida ayer por los partidos de la oposición que sostenían haber acordado que las mismas se realizarían durante el mes de enero.
Consultado al respecto, Mariano Rajoy, respondió que se harán cuanto antes, pero dentro de un clima acorde y de legalidad. Remarcó que la fecha tope son 6 meses y que se harán cuanto antes, siempre que el ambiente (político y social) lo permitan.
La autonomía no fue suspendida, pero sí los integrantes del Govern. La respuesta de Carles Puigdemont llegó recién a las 21 horas.
Tras participar en la manifestación para la liberación de Jordi Cuixant y Jordi Sánchez, el presidente de la Generalitat abandonó el Paseo de Gracia para concentrarse en la exposición que haría unas horas después.
La entrada en vigor del artículo 155 generaba varias posibilidades dentro de un margen legal y constitucional. En lo que respecta al Parlament, sus funciones se verán restringidas.
No podrá proponer candidatos para la presidencia de la Generalitat y sus actividades estarán reducidas a los cotidiano y ordinario del día día. Carles Puigdemont pidió, en su discurso televisivo de la noche, que se reúna el pleno cuanto antes. Lo hizo en respuesta a lo que considera es un "intento de liquidar" el autogobierno catalán.
Durante su comparecencia evitó mencionar la declaración de la independencia o cualquier situación similar. Puigdemont justificó esta decisión alegando que sobre el pueblo de Cataluña pese una amenaza por parte de una gestión con intenciones "liquidadoras".
La semana más convulsa en la historia de Cataluña aún no ha comenzado, sin embargo, se esperan días tensos y de despliegue institucional. Los manifestantes convocados a las 17 horas se negaban a abandonar el Paseo de Gracia. Desde lejos podían escucharse cánticos apoyando al presidente de la Generalitat que ultimaba los detalles del discurso en su despacho.
La posible destitución del mayor de los Mossos d`Esquadra lleva semanas en la palestra.
Una contemplación en la que no se ha aplicado directamente el artículo 155, pero sí de manera implícita. Los agentes que se revelan ante las nuevas autoridades podrán responder con su patrimonio, además de penalmente.
El día a día del cuerpo policial catalán, unos 17 mil uniformados, de momento continuará en manos de Trapero con la intervención del gobierno central. El Ministerio del Interior ha calculado que para poder tomar el pleno control de los Mossos deberían ser cesados entre 30 y 40 agentes.
Desde que la juez citara a José Luis Trapero a declarar por un posible delito de sedición la fuerza policial y el Ministerio especulan con la posibilidad de reemplazar al mayor de los Mossos, o al menos tener un posible relevo, para evitar una eclosión aún mayor, si Trapero quedara detenido como Jordi Cuixant y Jordi Sánchez.