Como si la expectación no fuera suficiente, el pleno comenzó la sesión con una hora de retraso. Sin previo aviso y generando especulaciones y malestar en el hemiciclo, el presidente de la Generalitat comenzó su discurso a las 19 horas. Tras asumir que los catalanes se han ganado el derecho a decidir y asumir la independencia, propuso suspenderla transitoriamente para dialogar con el Gobierno.

Hicieron falta varias horas para lograr una interpretación aproximada a la realidad que, desde este miércoles, regirá Cataluña. Las reacciones al inesperado discurso de Puigdemont no se han hecho esperar.

Mientras que desde la Moncloa aguardaban el fin de la comparecencia del presidente catalán para dar una respuesta, la CUP no ha querido añadir más suspenso a su postura. Tras la decepción inicial y asegurando que no es lo que esperaban, han puesto un plazo de 30 días al Carles Puigdemont para que declare la independencia.

Durante su discurso, Puigdemont hizo referencia a los supuestos 800 heridos del 1 de octubre pasado. Ante el pleno, el presidente de la Generalitat asumió el mandato popular que lo habilita para declarar la República catalana, defendió el controvertido referéndum y minimizó la fuga de empresas que sufrió la región los últimos días.

Pese a que las estimaciones, no confirmadas oficialmente, prevén que las negociaciones se desarrollen en un plazo medio de seis meses, la CUP ha decidido suspender su actividad en el Parlament hasta que se retome la vía del independentismo.

El discurso comenzó con una hora de demora y se inició con una advertencia al pleno, "no esperen amenazas ni insultos", sostuvo en clara alusión al gobierno nacional. La independencia más corta de la historia ha durado apenas 10 segundos. De los aplausos del pleno, al silencio de la incomprensión, la declaración unilateral era suspendida en una jornada clave.

Recordó ante el Parlament que no se trataba de una decisión personal, sino de los resultados de la consulta popular del 1-O. Por otra parte, aseguró que ni la intervención policial, ni el cambio de domicilio social de las empresas que ya anunciaron su marcha de Cataluña, afectarán la economía de la comunidad.

También, Carles Puigdemont, aprovechó la oportunidad para justificar el ánimo soberanista "el sistema dejó de evolucionar en la dirección deseada y empezó a involucionar".

A su vez, declaró que no existe una animadversión contra España o los españoles, solo que desde hace años "la relación no funciona".

Por último remarcó la importancia de un diálogo para lograr un acuerdo que se remita al deseo manifestado por los catalanes hace 11 días.

El Partido Popular, representado por Xavier Albiols, sostuvo que los 28 minutos de discurso fueron una oportunidad perdida de recuperar la senda de la legalidad. Desde el PSOE declararon que existe una crisis de gobernabilidad y mostraron su apoyo a la futura respuesta del gobierno nacional.

Mariano Rajoy y Pedro Sanchez se reunieron horas después de terminar el pleno para acordar una respuesta. El presidente también se reunirá durante la jornada de hoy con el líder de Ciudadanos Albert Rivera.

El secretario de organizaciones del PSOE ha declarado en rueda de prensa que actualmente existe una crisis de gobernabilidad y que es imposible el diálogo en la ilegalidad. Según informó la vicepresidenta de gobierno, Soraya Saenz de Santamaría, Mariano Rajoy comparecerá por la tarde en el Congreso de lo Diputados.

Ana Gabriel, de la CUP, se mostró decepcionada ante la prensa, asegurando que "tocaba declarar la independencia" y que se ha perdido una oportunidad muy importante.