La convocatoria para la manifestación del pasado domingo en Barcelona, comenzó a circular tímidamente. Al principio solo lo supieron los catalanes silenciados, aquellos que no quieren la independencia y sienten, desde hace días, que no tienen lugar. Luego se corrió la voz, sin embargo, las marchas del sábado por la mañana en Madrid y otras grandes ciudades, amenazó con opacar la salida a la calle de los catalanes indignados.
Nada de eso ha ocurrido, a apenas 48 horas de que Puigdemont se presente en el Parlamento con la previsible intención de declarar la independencia unilateral, miles de personas marcharon por las calles más emblemáticas de la ciudad Condal.
Con algunos minutos de demora, estaba previsto que se iniciara a las 12 del mediodía, la cabecera comenzó a circular con los rostros en alto de los organizadores de la misma y de distintos representantes del mundo de la cultura. Mario Vargas Llosa, quien leería uno de los discursos finales, sostuvo la bandera con el lema de la marcha, durante todo el recorrido.
Para la Societat Civil, cerca de un millón de personas se dieron cita la mañana de ayer. Sin embargo, para la Guardia Urbana el número de manifestantes rondaba los 350 mil. Bastaba ver algunas de las imágenes para darse cuenta que allí, en la marcha que pedía por la vuelta de la sensatez había cientos de miles de personas de todo España y el extranjero.
Argentinos y venezolanos radicados en Cataluña han decidido participar para solidarizarse con el país. "Vivimos aquí, estamos a gusto en Cataluña, pero queremos seguir en España" declaraba Mary de 57 años y 20 de vida en Barcelona.
El éxito de la convocatoria, que presentó algunos incidentes menores, ha sido tal que hasta el propio Premio Nobel de Literatura lo hubo de mencionar en su discurso.
"Esto supera hasta la expectativa de los más optimistas", remarcaba con voz firme. La tensión social que desde que se propusiera el 1-O invade las calles de Cataluña ha ido en aumento. Todo se agudizó desde el domingo pasado con la intervención policial y los intentos del Gobierno de Mariano Rajoy, intentos que fracasaron, de impedir el referéndum.
La brecha que el desafío independentista ha abierto en la sociedad española en general, no es de fácil solución. La llegada de centenares de manifestantes procedentes de Madrid, Zaragoza, Valencia o Girona, ha otorgado aún, más relevancia a la misma.
La marcha ha sido organizada y convocada por Societat Civil Catalana. Un apartado aparte se merece el reconocimiento a las fuerzas policiales que los manifestantes han querido hacer con los Cuerpos de Seguridad del Estado. No solo aplausos y cánticos en agradecimiento, muchos optaron por abrazar y besar a los policías de servicio cuando pasaron por el Cuartel General.
La consigna era restablecer la sensatez, las banderas de España y la Unión Europea, acompañaron a los caminantes durante toda la marcha.
La marcha de los silenciados ha sido un colapso histórico. Una fecha, 7 días después de fallido referédum, que pasará a ser parte de la historia nacional. Mientras los medios cerrábamos las ediciones del domingo 1 de octubre con la tristeza y la incertidumbre, este lunes las portadas devuelven la esperanza.
Una hora y media antes, la ciudad ya notaba en sus calles, una marea humana que comenzaba a concentrarse. Banderas españolas anudadas al cuello, cánticos a favor de la unidad nacional y pancartas caseras defendiendo la democracia y la constitucionalidad.
El final ha estado a cargo de el escritor Mario Vargas Llosa y Josep Borrell, expresidente del Parlamento Europeo. Sus discursos han sido aplaudidos y celebrados por presentes.