Los editoriales de Carlos Herrera en las mañanas de la COPE rara vez pasan desapercibidos. Pero en esta ocasión no es difícil advertir que el carismático periodista falsea la realidad para acomodarla a su discurso. Y en este caso, a la defensa del presidente del Gobierno.
Desde hace unos días los Medios más conservadores están visiblemente indignados porque Mariano Rajoy, finalmente, tenga que declarar en persona en la Audiencia Nacional.
Y no desde su despacho a través de un plasma cómo en principio solicitó. Desde que se conoció la noticia hace dos días, estos medios no han cesado en su empeño de ver una intencionalidad política, en el hecho de hacer pasar al presidente por tal declaración en calidad de testigo.
Para ello, han recurrido a comparar su caso con el de otros políticos que sí declararon mediante videoconferencia. Como es el caso de Íñigo Errejón y Carolina Bescansa, que declararon así en el caso de una denuncia presentada por un dirigente catalán de su mismo partido, que manifestaba haber sido vetado por la dirección del mismo.
Un caso totalmente menor si lo comparamos a la enorme causa de corrupción política del caso Gürtel, por la que ha sido llamado Mariano Rajoy.
Siguiendo esta estela, el periodista de COPE y colaborador habitual de El Programa de Ana Rosa en las mañanas de Telecinco, en su editorial del pasado miércoles, insistió en que hay una clara intencionalidad política en el hecho de que el presidente tenga que hacer este "paseillo" por los juzgados. Argumentando que él no tienen nada que declarar "porque no estaba, en el tiempo en que se cometieron estos desmanes, en el Partido Popular". Una afirmación rotundamente falsa.
Como bien es sabido, Mariajo Rajoy acumula cargos en el partido desde 1999. Año en el que fue nombrado vicesecretario general.
Gracias al dedazo de José María Aznar, en 2003, se convirtió en candidato a la presidencia del gobierno y en secretario general del partido. Y sólo un año más tarde se convertía en presidente del mismo, cargo que mantiene hasta hoy.
Por tanto, afirmar que durante los años de la Gürtel, Mariano Rajoy no tenía mando en el partido, sólo puede calificarse como una clara falsedad. De hecho, en el mismo auto que lo cita a declarar como testigo, especifica que deberá hacerlo en condición de secretario general del partido en los años 2003 y 2004; y como director de diversas campañas electorales de Jose María Aznar.