Presidido por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ayer se produjo el traslado del ataúd con los restos del republicano catalán Francesc Boix desde el cementerio de Thiais al de Père Lachaise, cubierto por la bandera republicana española y con honores de héroe nacional.
Père Lachaise es uno de los cementerios más famosos de París, el de mayor extensión y de los de más prestigio, al tener allí como “habitantes” a personalidades ilustres y geniales de la Cultura francesa y mundial, como Molière, Honoré de Balzac, Edith Piaf, Marcel Proust, Oscar Wilde o el cantante Jim Morrison.
Los turistas lo visitan con devoción.
La vida de Francesc Boix fue corta, 31 años, pero intensa: tomó parte en la Barcelona republicana, se fue al exilio francés como otros miles, acabó en el campo de concentración de Mauthausen, en donde muchos españoles exiliados acabaron, por orden de Serrano Suñer. Pudo sobrevivir en aquel infernal lugar y consiguió un día robar unas fotos que probaban las atrocidades de las SS hitlerianas contra los judíos, que fueron utilizadas como prueba contra los nazis en los juicios de Nüremberg. También pudo tomar fotos del lugar personalmente, a espaldas de las SS, ya que trabajaba en su laboratorio de revelado. Los años pasados en Mauthausen le dejaron secuelas físicas, por lo que murió en 1951.
Supervivientes de Mauthausen, familiares y la alcaldesa de Paris presentes en el acto de homenaje
Estuvieron ayer algunos supervivientes de Mauthausen, que por razones de edad ya quedan pocos vivos, reunidos en la Amical Mauthausen, asociación que lucha por que no se olvide lo que allí ocurrió, además de familiares de Boix, como su nieta Anna Maria, que leyó un discurso sobre su abuelo.
La alcaldesa parisina Anne Hidalgo, también hija de republicanos exiliados, leyó otro discurso de agradecimiento póstumo a Boix, en francés y español, aunque algunos la criticaron errores lingüísticos, al decir galicismos como “campos de concentramiento” en vez de “concentración”. Pero lo más importante que dijo ella fue: “Sus fotos son un testimonio preciso del horror concentracionario y permitieron documentar las visitas oficiales, el trabajo agotador de los prisioneros y el exterminio en masa”.
El momento emotivo lo puso la cantautora catalana Marina Rossell, cantando “El cant dels ocells”.
Pero el respeto absoluto a Boix y sus logros arriesgando su vida en un entorno tan extremo, donde uno de cada tres presos acababa en las cámaras de gas o tiroteado por los guardias con cualquier excusa, algo que ya nos demostró la película “La lista de Schindler”, se demostró en toda la ceremonia.
Se dice que si Boix es enterrado de nuevo en Paris en vez de llevarlo a Barcelona, es por que en Francia, los exiliados republicanos encontraron el reconocimiento que nunca consiguieron en España. Ello se vio cuando en 2011 murió el escritor Jorge Semprún, ex Ministro de Cultura con Felipe González, que prefirió ser enterrado a las afueras de Paris, ya que en Francia tenía la admiración y respeto (y donde conocen más su obra) que en su país natal.
Rajoy ni siquiera se presentó, estando de visita oficial en Francia
Ha habido críticas amargas a Mariano Rajoy, que ayer estaba en Paris de visita oficial, por que ni siquiera se acercó a rendir homenaje a Boix, ni él ni nadie de su partido (sólo dos dirigentes de la Embajada española). No es nuevo: hace dos años se homenajeó a La Nueve, la brigada formada por republicanos españoles que tomó Paris en 1944, liberándola del yugo nazi, y apenas mereció un homenaje (tardío y breve) del Rey Felipe VI. Aunque otros dicen que Boix nunca hubiera aceptado que Rajoy acudiera, sabiendo que su partido sigue negando o suavizando los crímenes del franquismo.