La fosa común de Alcalá de Henares probablemente esconda los restos de Andrés Nin, un personaje inesperadamente incómodo para el estalinismo que fue el encargado de borrarle del mapa en la localidad madrileña en plena Guerra Civil. Y es que Alcalá de Henares se había convertido en una auténtica base soviética durante la contienda, con jefes de escuadrilla, pilotos, telegrafistas y mecánicos rusos. Por tanto, era el lugar idóneo para acabar con Nin.

¿Quién era Andrés Nin?

Andrés Nin, nacido en la localidad tarraconense de El Vendrell, fue un anarquista que abrazó el comunismo tras su estancia en la Unión Soviética hasta que fue expulsado por orden de Stalin.

Líder y fundador del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), defendió el trotskismo como forma de entender el marxismo y propuso a la Generalitat que diera refugio a Trotsky, perseguido por el estalinismo. El ascenso de Andrés Nin en la Política catalana, quedando plasmado en el nombramiento como conseller de justicia antes del comienzo de la Guerra Civil, se consideró como una seria amenaza para los intereses de la Unión Soviética de Stalin.

Por tanto, los agentes secretos del líder soviético se pusieron en marcha para acabar con Nin cuanto antes. Alexander Olov, jefe en España de la NKVD, situó a Andrés Nin como partícipe de una trama de espionaje al servicio del bando nacional ante la pasividad de los republicanos, que no querían perder el apoyo soviético durante la Guerra Civil.

Nin fue detenido el 16 de junio de 1937 y llevado a Alcalá de Henares: nadie sabrá más de él.

Las noticias eran confusas sobre su paradero. Se decía que había sido llevado a El Pardo o a Albacete. La ambigüedad favoreció a los agentes secretos de Stalin, que en Alcalá de Henares se encontraban seguros para hacer lo que quisieran.

En la localidad madrileña sería más fácil conseguir una declaración autoinculpatoria de Nin a través de la tortura.

El gobierno de Negrín no hizo nada para rescatar a Nin

Según Orlov, el prisionero catalán había sido torturado en un chalé y después asesinado en una carretera a las afueras de Alcalá. Sin embargo podría ser una pista falsa más y el destino final de sus restos sigue siendo un interrogante.

Más tarde, y asumida la muerte de Andrés Nin por orden de Stalin, el ministro de Gobernación Julián Zugazagoitia aseguró que su arresto y asesinato se realizó sin el conocimiento y consentimiento de la República.

Actualmente, el misterio rodea a la muerte de Andrés Nin y el caso ha sido siempre ocultado. Quizá en la fosa común de Alcalá de Henares se encuentren las respuestas a todas las incógnitas que cubren a la desaparición de este marxista español cuyo delito fue apoyar las tesis del enemigo político de Stalin.