Mao Tse-tung nació el 26 de diciembre de 1893 en la pequeña localidad de Shaoshan, provincia de Hunan. Hijo de una familia campesina pudiente, tuvo el privilegio de poder estudiar en la Escuela de Magisterio en Changsha. Allí comenzó a tener contacto con la literatura marxista. Más tarde se incorporó a la Universidad de Pekín. Sus profesores, fervientes defensores del comunismo, tuvieron una gran influencia en él.

En 1921, Mao se convierte en un referente para los comunistas chinos, entra en contacto con los líderes soviéticos y entendió que necesitaban el apoyo ruso para poder alcanzar el poder.

En 1922, un año después de fundar el Partido Comunista Chino, Mao se une oficialmente al partido. Por aquel entonces, China se encontraba sumida en una profunda depresión. El sistema imperial había colapsado y surgieron dos grupos de ideologías opuestas. Por un lado, los nacionalistas que buscaban convertir a China en un país moderno occidentalizado, por otro lado, los comunistas. Fueron los nacionalistas los que consiguieron hacerse con el poder, pero por poco tiempo.

En 1927, estalla la guerra civil, Mao es nombrado comandante en jefe del ejército rojo. Consciente de la nula capacidad militar que tenía para luchar contra el ejército nacionalista, se dedicaba a ir de aldea en aldea, para conseguir el apoyo de los campesinos y asesinar a los terratenientes.

A los dos años, Mao abandonó el cargo militar y fue nombrado comisario del partido. Su función consistía en promover la ideología comunista y controlar el pensamiento de los miembros del partido, asegurándose que no había disidentes entre sus filas. Más tarde, tras la muerte de varios dirigentes del partido, fue nombrado líder del Partido Comunista Chino, cargo que ostentaría hasta su muerte.

Todo cambió cuando en 1937, Japón invadió China, mermando el ejército nacionalista que ostentaba el poder. El ejército nacionalista tenía dos frentes abiertos y la miseria y la pobreza se extendía por todo el país tras 8 años de guerra. En 1949, Mao (con el apoyo militar de Stalin) y 3.000.000 de hombres, decide que ha llegado el momento de derrocar al gobierno chino.

El ejército nacionalista era incapaz de hacer frente a un ejército de 3.000.000 de hombres y al ejército japonés al mismo tiempo, además, el apoyo popular con el que contaba había desaparecido. Por ello, Chiang Kai-shek, a finales de septiembre, decide renunciar y abandonar el país sin plantear resistencia.

El 1 de octubre de 1949, Mao se autoproclama líder supremo de China. Celebra un desfile en el que es aclamado por la población china. Mao era visto como un héroe que había conseguido liberar a más de 600.000.000 de chinos del régimen dictatorial nacionalista y prometía acabar con décadas de pobreza, violencia y represión. Lo que los chinos no sabían, es que lo peor, todavía estaba por llegar.