Desde que comenzó el juicio por el 9-N, el pasado lunes, a Mas, Ortega y Rigau, los ataques contra el Independentismo y la manifestación de apoyo a ellos han ido en aumento.
La periodista Mònica Planas, crítica televisiva del diario Ara, ha examinado las tertulias de los canales estatales, y ha visto que el pensamiento único está presente en ellas, al no haber ningún tertuliano próximo al soberanismo o que lo comprendiera (en La Sexta Noche, alguna vez invitaban a Iu Forn a tertulias de asuntos de este tipo).
Planas resumía así el asunto el lunes: en Antena 3, mezclaban todo con los Pujol y el 3 %.
Se sorprendió por “la competición entre Marhuenda y Joaquín Leguina, a ver quién decía más barbaridades y falacias sobre Cataluña, era espantosa”. Llegó el primero a decir que la Universitat Pompeu Fabra, “creada por Pujol para generar este caldo de cultivo nacionalista”, le había ofrecido trabajar allí como catedrático “si fueras de los nuestros”.
En Tele 5, otro tertuliano polémico, Eduardo Inda, hablaba de “golpe de Estado” por la manifestación de la gente, en su más puro estilo prepotente. Pero el programa de Ana Rosa metía cizaña de otra manera: sacó a Gabriel Rufián (ERC) en un reportaje visitando familias catalanas en la miseria, que titularon “Rufián se enfrenta a la realidad catalana”.
Sin comentarios.
En La Sexta, Planas vio que Antonio García Ferreras entrevistó al ex Fiscal Anticorrupción Villarejo, que llegó a decir que la manifestación de la gente “estaba ejerciendo una presión para influir en el juicio” y que “son frecuentes los movimientos de signo parafascista que se producen en Barcelona en torno a personajes como Artur Mas y otros pequeños caudillos”.
Y se quedaron tan panchos.
Planas lamentaba que haya este “pensamiento único” en las cadenas españolas, mientras que en TV3, criticada y odiada por los españolistas hasta la paranoia (incluso la serie Merlí era masacrada por ellos), había más pluralidad de opiniones, incluso hay tertulianos unionistas presentes, sin ser ellos ningún Hermann Tertsch ni ningún Tomás Roncero.
Y lamenta que ello no lo reconozcan los antes mencionados.
Pero el propio Iu Forn recordó en su Twitter un delirante mensaje de un empresario catalán unionista, un tal Gerard Bellalta, que atacaba a los separatistas con un argumento más típico de Torrente: “Los separatistas no sirven para complacer a sus mujeres ni para tener hijos, por eso echan mano de los ‘nuevos catalanes’”.
Llega a decir que la manifestación del lunes estaba formada por “la mitad, moros, y la otra mitad, perroflautas en busca de un bocadillo. En Cataluña hay mucha gente que pasa hambre y que se vende por un bocadillo”. Sigue su surrealista alegato con que donde gobiernan “los separatistas” hay baja natalidad: “En Salt (Girona), por ejemplo, por cada catalán de madre autóctona nacen cinco de origen magrebí”.
Llega a decir que desea, aparte la supresión de la autonomía y de los Mossos, que “los separatistas sean internados en campos de trabajo”. Acaba su ataque de macho ibérico con que “Artur Mas reconoció que los nacionalistas tienen menos testosterona que los españolistas. Tienen tan pocas agallas que dependen de los musulmanes y de los charnegos traidores para sus movilizaciones”.
Quienes lo han leído, se partían de risa. Era como aquella película de Manolo Escobar en donde se decía que “una mujer que no cose ni reza, no es una verdadera mujer”.