Un día como hoy, en el cual cambiamos la hora a las 3:00 para adecuarnos al horario de invierno reduciéndola a las 2:00, es el momento perfecto para cuestionarnos el porqué España no tiene el huso horario que le pertenece geográficamente y como afecta eso a nuestras vidas.

Como todos podemos comprobar, España no pertenece al huso horario que debería en función de las franjas imaginarias que delimitan el huso horario de cada lugar en el mundo, sino que tiene la hora europea central (la de Berlín) en vez de la occidental (Londres). Esta situación hace que en España de media haya un retraso con respecto al sol de una hora en invierno y dos en verano, haciendo que llevemos horarios tan dispares con nuestros vecinos europeos, que los horarios laborales no sean los más adecuados ya que con el horario que debería tener los españoles podrían salir antes de trabajar y dejar así más tiempo para hacer vida en familia.

También repercute en nuestras horas de sueño haciendo que durmamos casi una hora menos de lo que deberíamos.

¿Por qué España tiene esta hora?

El día 16 de Marzo de 1940, las 11 pasaron a ser las 12 por una orden del gobierno de Franco, argumentando que era bueno para España llevar un horario similar al de los países vecinos aunque se cree que este hecho se debió a un gesto del general Franco hacía Adolf Hitler, aceptando la imposición de éste, aunque España no fue el único país que adopto este horario sino que Inglaterra, Portugal y la Francia ocupada por los nazis también lo hicieron, con la diferencia de que Inglaterra y Portugal tras finalizar la segunda guerra mundial restablecieron su horario anterior.

Esto hace que zonas como Galicia tengan el mismo horario que Polonia la cual esta notablemente lejos y una hora más que Portugal a pesar de estar pegadas.

¿En qué influyen nuestro horario en nuestro día a día ?

El tener un horario diferente al nuestro a hecho que nuestras costumbres se forjen con respecto a las horas de sol que tenemos, haciendo así que comamos más tarde de las dosen vez de en la una como en el resto de países de la Unión Europea, que las jornadas laborales tengan un parón de hasta dos horas para almorzaren vez de los 45 minutos que se utilizan en otros países alargando así la jornada laboral, a pesar de que entramos a la misma hora reduciendo el tiempo para conciliar la vida familiar y haciendo que las cenas sean a partir de las 21 horas, influyendo en nuestras horas de sueño y dando lugar a que durmamos menos de las horas establecidas por la organización mundial de la salud como necesarias. Ésto hace que aumente el estrés de todos los trabajadores.