En menos de una semana los ciudadanos de Estados Unidos irán a votar si prefieren a la demócrata Hilary Clinton o el republicano Donald Trump. Aunque la mayoría no parece convencida ni por un partido ni por el otro.
Quien por cierto no irá a votar el próximo 8 de noviembre es la comunidad de los testigos de Jehova. La cifra es casi irrelevante, se habla de un 0,7% de la población. Sin embargo, en una elección tan delicada cualquier centésima puede marcarla diferencia.
¿Por qué los testigos de Jehova no votan?
Son muchas las acciones que ellos mismos se prohíben, como donar sangre y órganos vitales.
Estas razones las dejamos de un lado y nos concentramos sobre el papel en la política que los adeptos a esta Religión siguen. No tienen nada en contra de Clinton y tampoco de Trump. Simplemente siguen rígidamente los pasos de Jesús. De hecho se cuenta en el libro de Juan que el Mesías rechazó cargos políticos y enseñó a sus discípulos a no tomar partido en cuestiones políticas. En otros pasos de los libros del nuevo testamento de la Biblia se llama a la neutralidad política de los discípulos de Cristo. Por lo tanto los miembros de esta religión no sólo no votan, sino también nunca se inscriben a un partido o grupo de activistas.
Sin embargo hay rumores que cuentan de testigos que, después de haber votado, han sido expulsados de su propia congregación.
Pasó en Europa y en Estados Unidos y seguirá pasando. Muchos de los casos reportados son de comunidades extremamente rígidas donde siguen la palabra de Dios en la Biblia de manera literal.
Si el próximo 8 de noviembre todos los testigos de Jehova no irán a votar, se calcula que tanto Hilary como Donald perderán el 0,7% de apoyo.
La demócrata no tiene que estar preocupada ya que las previsiones la ponen en clara ventaja. Desde luego ambos candidatos no tienen el apoyo convencido de la población. Resuenan muchos las palabrasque dijo en su tiempo Kissinger: "es una pena que no pudieran perder ambos".
En tal situación, los testigos de Jehova no tendrán remordimiento alguno al quedarse en casa el próximo 8 de noviembre.
No obstante esta abstención a la vida política como ciudadanos, respetan el gobierno que los demás han elegido. Respetaron el régimen nazi y el soviético y así respetaran tanto a Trump como a Clinton, cualquiera de los dos que subirá a la Casa Blanca.