Tras registrar 379 muertes durante el fin de semana y arribar a más de 1 millón 240 mil casos de Coronavirus en la jornada del lunes, el Gobierno español está convencido de implementar restricciones más severas para contener la segunda oleada de contagios. El confinamiento domiciliario en España parece inevitable, aunque el el Ministro de Sanidad, Salvador Illa, descartara el viernes esta medida, al menos, "a corto plazo".

En el Reino Unido, el Primer Ministro Boris Johnson anunció el retorno del confinamiento a partir del jueves 5 durante un mes.

En Francia, por su parte, el presidente Emmanuel Macron informó que la nación implementará el confinamiento domiciliario, al menos, hasta el 1 de diciembre, con escuelas abiertas y permiso para salir al trabajo, de compras, al médico o a lugares de esparcimiento cercanos, pero con bares y restaurantes cerrados.Este escenario luce como el más factible a implementarse en España. Con la clara premisa de que esta ola de contagios será peor que la primera, la "nueva normalidad" implementada durante el verano es historia.

Desde el domingo 22 de octubre, el país entró nuevamente en "estado de alarma" con toque de queda desde las 23:00 hasta las 06:00 locales y con la cantidad de casos registrados durante los últimos 15 días, parece inevitable ordenar, nuevamente, el cierre de lugares de ocio y hostelería.

Exdirector de Sistemas de Salud de la OMS: "El confinamiento domiciliario en España es inminente"

En una entrevista en el programa 'El Suplement' de Catalunya Ràdio, El exdirector de Sistemas de Salud de la Organización Mundial de la Salud, Rafael Bengoa, aseguró que, si se mantiene la curva ascendente de contagios, será inevitable retornar al confinamiento domiciliario.

Para Bengoa, a más tardar en dos semanas, será necesario implementar un confinamiento similar al aplicado entre marzo y abril pues, evidentemente, las medidas implementadas en las últimas semanas han fracasado.

A su vez, Bengoa explicó que las medidas implementadas en Inglaterra, Irlanda y Francia "son un buen ejemplo de lo que se debe hacer".

Un confinamiento menos radical (pero más estricto, desde el punto de vista sanitario) que el de principios de año, con escuelas abiertas y movilidad limitada, pero al menos de un mes de duración. Después del "espejismo" del verano, Bengoa ve como algo lógico prever que esta segunda oleada de contagios será más intensa, "pues así suele suceder con este tipo de pandemias".

Sin embargo, el exdirectivo de la OMS considera que, no por incrementarse el número de contagiados, "el virus es ahora más contagioso o peligroso". Simplemente, intentar normalizar la vida cotidiana sin haber una vacuna en el mercado genera el aumento de contagios, pues "siempre habrá ciudadanos irresponsables que no respetan las medidas sanitarias", comentó Bengoa.

Por ello, considera necesario "olvidarse de las fiestas navideñas", pues hay que pensar en "atacar el virus, no en salvar la Navidad".

Para el Gobierno, confinamiento domiciliario en España es una opción descartable

Salvador Illa, Ministro de Sanidad, reconoce "lo grave y preocupante" de la situación, pero descarta el confinamiento domiciliario como medida inmediata, al menos de momento. Sin embargo, el ministro confía en que las restricciones implementadas durante las últimas dos semanas son suficientes pare estabilizar la cantidad de infectados y frenar el ascenso de la curva estadística.

Después del decreto de alarma y el "plan de acciones coordinadas" implementado por el Gobierno, Illa cree que, con las limitaciones actuales, será posible evitar el confinamiento, siempre y cuando las medidas "se sigan adecuadamente".

Sin embargo, según cifras oficiales, los enfermos de COVID-19 ocupan, de momento, el 15,51% de las camas en los hospitales españoles y el 27,97% de las camas en unidades de cuidados intensivos. De mantenerse la curva ascendente, el colapso en los hospitales será peor que en marzo-abril.

La medida más temida, un nuevo confinamiento domiciliario

Con la Navidad a la vuelta de la esquina, el confinamiento domiciliario en España luce como una auténtica pesadilla. Cuando en verano lo peor de la pandemia parecía quedar atrás, muchos pensaban que, a finales de año, todo sería diferente y que celebrar las fiestas navideñas, como siempre, era posible. No obstante, el panorama actual luce muy desfavorable.

Si el Gobierno finalmente decide ordenar nuevamente el confinamiento domiciliario, lo hará, mínimo, por 3 o 4 semanas, es decir, durante todo el mes de diciembre. Pero la situación es tan grave que ya muchas comunidades autónomas, como País Vasco, Asturias y Castilla y León contemplan solicitar la aplicación del confinamiento, tal cual lo hizo el presidente autonómico de Asturias, Adrián Barbón.

Después de un año tan difícil, pensar pasar las Navidades en cuarentena no es fácil, pero es una realidad inminente. El Congreso deberá aprobar, eventualmente, el confinamiento, aunque el Gobierno tiene la decisión en sus manos, si decide prorrogar el estado de alarma. Lo que sí es prácticamente un hecho es el cierre de bares, restaurantes y sitios de ocio. Limitar la actividad ciudadana es de momento, la medida más plausible para frenar los contagios, sin avivar las protestas.