Freedom House, una organización independiente con sede en la ciudad de Nueva York, y cuyo objetivo es defender los derechos humanos y la expansión de la democracia en el mundo, considera que “la libertad de Internet se encuentra en grave peligro, a causa de las herramientas y tácticas del autoritarismo digital, que se han extendido rápidamente”.

De acuerdo con Freedom House, en los últimos tiempos se ha producido un importante crecimiento en las restricciones a nivel mundial, de los contenidos de las redes sociales y páginas webs.

Solo basta recordar el bloqueo realizado por Twitter a los principales medios de Cuba, el 12 de septiembre de 2019; la cancelación de las cuentas institucionales de varias dependencias de Venezuela afines al Gobierno de Nicolás Maduro en mayo pasado; o el escándalo de Cambridge Analytic, del 2018, que involucró la filtración de datos personales de 87 millones de usuarios de Facebook.

En 2017, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), ya había realizado una importante advertencia sobre este tipo de procedimientos dictatoriales.

A través de un documento titulado 'Tendencias mundiales de la libertad de expresión y el desarrollo de los medios', la Unesco alertaba sobre el auge de políticas autoritarias, que “esgrimiendo una serie de motivos como la seguridad nacional, los gobiernos están vigilando y también exigiendo la supresión de la información”, olvidando la función cada vez más importante que desempeña Internet en las comunicaciones.

Cúmulo de nuevas denuncias contra el Gobierno Chino

Recientemente, un cúmulo de nuevas denuncias contra el Gobierno Chino parece querer robustecer esta tendencia de despotismo digital, amenazando la ya diezmada popularidad del líder de China, Xi Jinping; quien ha impuesto de manera unilateral una mayor restricción al contenido que se publica y comparte en internet.

El 30 de diciembre de 2019, el Dr. Li Wenliang, un oftalmólogo del departamento de emergencias de la escuela de medicina, escribió un mensaje en línea a sus compañeros de trabajo, en donde se refería a un grupo de pacientes con una enfermedad misteriosa tan aterradora como la causante de la epidemia del 2002.

En medio de la noche, un equipo de funcionarios, convocaron al Dr.

Li a la ciudad central, para pedirle explicaciones sobre los motivos de haber compartido dicha información. Tres días después, autoridades de la policía obligaron al Dr. Li a firmar una declaración de que su accionar constituía un "comportamiento ilegal".

De acuerdo con The New York Time, el Partido Comunista Chino ha puesto en marcha un complejo sistema de censura en Internet, cuyo objetivo es silenciar a quienes divulguen información crítica sobre el brote del mortal Coronavirus.

Un ejército de algoritmos robot, son los encargados de monitorizar el tráfico en las redes sociales, eliminando palabras claves y hashtag como #WuhanSARS, que utilizan los usuarios en la web para compartir noticias sobre la epidemia.

A través de un ocultamiento de la información, China busca mantener el control de los datos, mediante una campaña para censurar las críticas, borrando la información que se publica en las redes sociales y deteniendo a sus autores bajo la acusación de lo que califica como “rumores de Internet”.

Inicialmente, el Gobierno Chino ocultó la propagación del virus, calificando al brote como un problema aislado de la ciudad de Wuhan, hasta que la epidemia se hizo evidente, cuando los medios de comunicación de Hong Kong, informaron sobre la existencia de otros casos en diferentes ciudades.

Reconocer la propagación del virus

A partir de entonces, las autoridades se vieron obligadas a reconocer la propagación del virus.

Un periodo de tiempo comprendido entre los primeros días del mes de diciembre y el 20 de enero, fecha en que se reconoció públicamente la epidemia. Un periodo en que la enfermedad se había convertido en una amenaza sanitaria mundial.

Mientras continúan sumándose los casos y reclamos de censura en las redes sociales. Una Investigación científica revela que, hasta la fecha, las autoridades chinas solo han confirmado la muerte de 304 personas consecuencia de un tipo de neumonía causada por el Coronavirus, aunque se estima que los afectados por dicho virus podrían ser superiores a los 15.000 habitantes.

Con un vano intento por mantener el control, la censura en el ciberespacio se ha constituido en un peligro latente no solo para la libertad del mundo; sino, ahora también, para su supervivencia.