El hecho sexual humano no es algo estático. Todo lo contrario. Está en continua evolución. Es un error pensar que tan solo en la adolescencia es donde ocurre y concluye esta evolución sexual. Si nos olvidamos de los niños y niñas y no dedicamos espacios en nuestra educación desde la infancia a la sexualidad, entonces estamos condenados a repetir nuestro pasado.

Los motivos de la violencia contra las mujeres los encontramos en la discriminación por género, la sociedad y los estereotipos que se mantienen inmóviles generación tras generación. Pero, ¿qué papel juega la sexualidad en la erradicación de la violencia machista?

Teniendo en cuenta que sexualidad es todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos, es fundamental trabajar en la prevención, que debe comenzar en las primeras etapas de la vida, mediante una coeducación de los niños y niñas que promueva las relaciones de respeto y la igualdad de género. Hay que trabajar con menores, profesores, padres y madres conceptos como enamoramiento, amor y todos los demás que oscilan alrededor.

Como país, debemos invertir en educación sexual para prevenir la violencia de género

Como sociedad, tenemos que pasar de un modelo moral basado en la ética y normas cristianas, que promueven una cultura patriarcal, a un modelo global, que integre desde una perspectiva biopsicosocial todos los aspectos de la compleja dimensión humana y social sin olvidar la individualidad y la biografía de la propia persona, respetando las actitudes y los procesos vitales personales, teniendo en cuenta la cuestión de género y su importancia en la educación sexual.

Debemos hacerlo mediante estrategias y proyectos en la escuela que fomenten el empoderamiento femenino, la prevención y el trabajo con niños y niñas. De una manera integral, hay que potenciar el desarrollo de los menores, cuestionando las formas de conocimiento socialmente dominantes y encaminadas al desarrollo completo de la personalidad sin las barreras del género, corrigiendo el sexismo cultural e ideológico y la desigualdad social de las mujeres.

Las niñas tienen que ver ejemplos de mujeres fuertes

La Asamblea General de las Naciones Unidas marcó en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible algunos objetivos que marcan las pautas a seguir para lograr la igualdad de género. Además, ONU Mujeres tiene numerosas iniciativas a nivel mundial para mejorar la calidad de vida de niñas y mujeres.

Sin embargo, fomentar una ciudadanía feminista es un trabajo de todas las personas y a realizar desde todos los ámbitos de la sociedad.

Cada uno tenemos el deber de poner nuestro granito de arena para poner punto y final a esta lacra. Las niñas tienen que ver ejemplos de mujeres fuertes. Es importante que vean que no tienen límites. Que confíen en ellas mismas.