El actual primer ministro de Reino Unido está demostrando ser un hombre constante y de ideas fijas, ya que todos y cada uno de los días se dedica a repetir el mismo mantra sobre el ansiado Brexit, a lo largo de las últimas semanas. El político se quiere ir de Europa y tiene la fecha límite en la cabeza: el 31 de octubre, pase lo que pase.

Y, claro, mucha gente se ha dado cuenta que esa fecha coincide con la fiesta de Halloween y parece que no es casualidad.

No se cansa de repetir su objetivo y Europa tiembla ante la posibilidad de que, finalmente, el Brexit vaya a ser duro y arrastre a la Unión Europa a una situación económica muy complicada.

Boris Johnson siempre ha sido un gran defensor de Reino Unido de la Unión Europea

El primer ministro se reunió ayer con el actual presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien no ha dudado en rechazar la solicitud de Johnson para llegar a un acuerdo de salida, con un nueva negociación, de la Unión Europa, después de dos años de trabajo. Eso sí, el francés ha aceptado la propuesta realizada por Angela Merkel de un mes para que Reino Unido presente alternativas sobre una solución a la salvaguarda con Irlanda, el punto que tanto quebraderos de cabeza está provocando.

Boris Johnson siempre ha sido uno de los grandes defensores de la salida de Reino Unido de la Unión Europea, desde los inicios. Incluso, llegó a celebrar como una victoria personal que fuera la opción vencedora en el referéndum celebrado en el año 2016. Por culpa de sus ideas conservadoras, durante su etapa profesional como periodista, era el redactor favorito de la Dama de Hierro, Margaret Thatcher.

Boris Johnson se ha convertido en uno de los adalides del euroescepticismo

Es considerado uno de los líderes del movimiento fuerte dentro del euroescepticismo. O sea, siempre ha defendido que Reino Unido debe retirarse de la Unión Europea o que esta se disuelva, ya que no la consideran un institución realmente democrática, sin burocracia y que oprime a sus estados miembros.

Varios expertos señalan que después de las reuniones que ha tenido el propio Boris Johnson con Macron y Merkel, el euroescéptico más critico con la labor realizada por sus antecesores en el cargo está a punto de saber lo que es el desastre. Y, todo, por su objetivo de desactivar lo que se conoce como “backstop”, o sea, el mantenimiento de la actual frontera blanda que existe entre las dos Irlandas. Este punto fue acordado por la Unión Europea con la propia Theresa May y es un punto que Europa no quiere negociar para lograr el acuerdo que llevaría a que el Brexit no fuera duro.