Controvertido dónde los haya, al menos en cuanto a lo que provoca sobre la opinión pública, Haruki Murakami es responsable de la creación de universos literarios dotados de un surrealismo al que podríamos denominar "de autor", ya que construye sus cimientos en torno a varios pilares fundamentales, comunes en todas sus obras.

Singularidades que hacen la narrativa de Murakami inconfundible

Existen diversos factores claramente reconocibles que nos indican que estamos dentro de uno de los escenarios argumentales compuestos por el novelista. Algunas de estas características comunes entre relatos y novelas son ambientales, ya sean los diferentes paisajes de la ciudad de Tokio (muchos de ellos nocturnos y solitarios), la continua presencia de gatos, las descripciones excelsas y detalladas de los hábitos alimenticios de sus personajes-

Y de todo el proceso de elaboración que éstos conllevan o las continuas referencias a la cultura musical anglosajona de entre los años 40 y 90, recorriendo géneros como el rock y el pop, y deteniéndose con fervorosa pasión en el jazz.

La otra base estructural de sus creaciones es, por supuesto, argumental. A poco que se haya leído a Murakami, enseguida se encuentran puntos comunes que, además, gozan del rasgo de no ser habituales en la mayoría de textos de la literatura universal por los que el lector haya podido navegar.

Hablamos de historias en mundos paralelos, misteriosos desvanecimientos de personas o animales, personajes en extremo misteriosos, sucesos paranormales y adolescentes con habilidades perceptivas fuera de lo común, ente otros. No existe manuscrito del japonés, al menos que nosotros conozcamos, que no contenga al menos dos o más de estos ingredientes.

Claves para sumergirse en la diégesis de Murakami

Como he comentado brevemente, no es una lectura "fácil" o "normal", por lo que, una vez que el lector ha decidido que le apetece comenzar a explorar los mundos oníricos que Haruki ofrece, mi recomendación es comenzar por el muy conocido Tokio Blues (Norwegian Wood), primer boom literario del autor en librerías europeas.

Esta intimista novela sirve perfectamente como iniciación al "género Murakami", ya que, si bien contiene todos los elementos ambientales arriba descritos, y un envolvente halo de misterio que rodea la historia e inunda a sus personajes (especialmente a la etérea y trastornada Naoko), no contiene excesivos factores surrealistas, tratando temas como la adolescencia, el amor, los trastornos mentales y la muerte de seres queridos, todo entrelazado por la melodía de la homónima canción de Los Beatles, Norwegian Wood.

Una vez que nos hemos mojado las manos y los pies, es hora de lanzarse a la piscina con, bajo mi perspectiva, After Dark, obra que debemos contemplar como un híbrido entre literatura y visión cinematográfica.

Siendo la premisa algo que se escapa por todos los medios a nuestro entendimiento (una joven se echa un día a descansar y no vuelve a levantarse, manteniéndose, no obstante, viva), After Dark nos describe una cronología de sucesos en relación a la mujer dormida y a su hermana (verdadera protagonista del relato), de una forma tan emparentada con las leyes visuales del cine que casi nos parecerá estar viendo una película más que leyendo un libro.

Las historias de Tengo y Aomame son paralelas

Ya nos hemos sumergido y estamos bajo el agua. Si llegado a este punto, Murakami no te convence, lo más lógico es que abandones, salgas de la piscina y te tumbes a calentarte a otro sol. Pero si te has enganchado y quieres continuar, aquí va mi más arriesgada apuesta, en forma de los dos tomos que contienen la trilogía 1Q84.

Esto ya es sacarse el graduado en Murakami.

Aquí tenemos de todo un poco. De la mano de dos historias paralelas, la de Tengo y la de Aomame, nos adentramos en una extensa historia de la que nada voy a desvelar, ya que el placer yace en hacerlo uno mismo a medida que su lectura avanza.

Por último, y ya totalmente metido en el juego, creo que se encuentra gran deleite en sus relatos cortos. Obras como Hombres sin mujeres o Sauce ciego, mujer dormida hacen las delicias de los lectores acérrimos.

'La caza del carnero salvaje' es una obra aleatoria y excéntirca

Me despido con una sugerencia de corte totalmente personal y particularmente extraño que no es, desde luego, apta para todo tipo de lectores (no en cuanto a complejidad, sino en cuanto a aleatoriedad y excentricidad).

Todo el que lleve bien estos patrones y valore el sentido del humor estrambótico, seguro disfrutará de la lectura de La caza del carnero salvaje.

Ahora, dejad que la aguja del tocadiscos rasgue un vinilo de John Coltrane, serviros una buena copa de Cutty Shark, y acariciad a vuestro gato. Dice la leyenda que de esta forma, el propio Murakami se persona en tu salón y te hace entrega de unos cuantos manuscritos y de un plato de edamame con arroz.