Mientras el Reino Unido decide sobre su futura relación con la Unión Europea, ¿qué pasa con los demás países miembros? ¿O con aquellas empresas que se encuentran en estos momentos en Reino Unido? ¿qué será de los empleados de esas empresas? ¿y de los estudiantes que están ahora mismo de intercambio? La verdad es que no existe una respuest concreta a ninguna de estas preguntas.

No hay Brexit, lo hay a medias, o simplemente el Reino Unido se separará sin un acuerdo

Tres son las posibilidades: no hay Brexit, hay Brexit pero uno light, con acuerdos y demás (un "soft Brexit", como lo llaman en las islas británicas), o habrá Brexit sin tonterías, "si nos vamos, nos vamos" ("hard Brexit").

Un par de días después de ya haberse llevado a cabo el voto sobre el Brexit la gente podía ir a cualquier bar de Londres y, como era de esperar, el único tema de conversación era el Brexit.

Cualquier persona podía estar tomándose una pint tranquilamente cuando, de la nada, se le acercarían dos chicos jóvenes a preguntarle que de dónde era (miles de clases de inglés para que con un simple hello le saliera el acentazo español), y les dijera que de España y que estaba ahí estudiando. La siguiente pregunta probablemente sería que qué opinaba del Brexit, a lo que cualquier guiri les comentaría que les interesaba más su opinión, ya que ellos eran los que habían decidido al fin y al cabo.

En esos momentos, no era de sorprender que aquellos chicos jóvenes hubieran votado a favor de retirarse de la Unión Europea y estuvieran encantados de su decisión porque "España, Italia y esos países son sólo divertidos para salir de fiesta and siesta, y que el Reino Unido es mejor".

Esta respuesta lo que producía principalmente era asombro por la imagen que se tenía de ciertos países, los cuales probablemente habían sido visitados por ambos y habían vuelto encantados, y lo jóvenes que eran para pensar así y limitarse tanto de cara a su futuro.

¿Un segundo referéndum?

Es curioso el hecho de que mucha gente ahora cuando vas a un bar, de fiesta, hablas con el conductor de Uber o con un taxista, muchos están de acuerdo con que se lleve a cabo un segundo referéndum porque probablemente la opinión de los británicos respecto a los beneficios de pertenecer a la Unión Europea ha cambiado, y probablemente ahora votarían en contra del Brexit.

Sin duda, la opinión cambia cuando realmente se tiene toda la información sobre las consecuencias reales de este divorcio, no las utópicas ni las hipotéticas en las que se basaron durante la campaña. Actualmente está bien claro que una salida de la Unión Europea significaría el fin de la libre circulación de personas, de la libre circulación de mercancías y, por supuesto, de la libre circulación de capitales.