Ni museos, ni tiendas de lujo, ni centros comerciales en plena época navideña, en medio de un período vacacional en el que muchos turistas aprovechan para adquirir sus regalos han logrado algo tan histórico como que el centro de París haya cerrado por miedo.
París ha aparecido vacía, cerrada, con los fastuosos escaparates ocultos tras placas de chapa para impedir que sean destrozados; estas imágenes nos podrían recordar a una guerra.
Los chalecos amarillos son un movimiento social
El movimiento de los chalecos amarillos (en francés: Mouvement des gilets jaunes), es un movimiento social surgido en Francia, aunque ya se ha extendido a otros países como Bélgica.
Este movimiento surgió el pasado mes de noviembre como respuesta por el “gasolinazo”, un aumento de los precios de la gasolina y del diésel. Además de la subida de los impuestos relacionados con los carburantes que ha provocado un descontento generalizado en el país vecino.
El actual presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, está en el centro de las protestas de este movimiento. No sólo por continuar las políticas llevadas a cabo por François Hollande durante su gobierno socialista; también por el precio del gasóleo y del diésel que a lo largo del 2018 ha aumentado un 16% y se ha anunciado una nueva subida de impuestos para el próximo año 2019. Aunque, hoy por hoy, gracias a este movimiento la nueva subida podría suspenderse definitivamente.
Las protestas se iniciaron el pasado 17 de noviembre, con un millón de personas, que recorrieron las calles de toda Francia, luciendo los ya característicos chalecos amarillos y llegando a levantar barricadas para bloquear las principales carreteras del país.
La primera víctima mortal de esta protesta es de Lyon. Se trata de un manifestante que fue atropellado por accidente por un automovilista que había entrado en estado de pánico.
También fueron capaces de bloquear decenas de depósitos de combustible y un túnel por el que circula el importante tren Eurostar que se encarga de conectar Francia con Reino Unido y posee una gran importancia a nivel logístico.
Tras todo esto, y por el aumento de las tensiones en las manifestaciones, el Ministerio del Interior del país galo decidió permitir una reunión con los líderes del movimiento, el pasado 24 de noviembre, en el emblemático Campo de Marte reconocido por ser la zona verde que cubre la zona baja de la Torre Eiffel.
Ese día, solo en la ciudad de París, hubo 8.000 manifestantes en la calle.
Más de 100.000 personas en todo el país
La culpable de toda la violencia que se está viviendo en la calle, según el gobierno francés, es Marine Le Pen, que ha instado a los ciudadanos a que se reúnan en los Campos Elíseos.
Pero Le Pen ya ha contestado que el único responsable de la violencia que se está viviendo en las calles de París ha sido el gobierno de Macron, que ha permitido que los ciudadanos se reúnan en zonas tan emblemáticas como los Campos Elíseos.
Uno de los puntos más conflictivos ha sido el departamento de Ultramar, en Reunión, donde hubo saqueos y disturbios muy graves; llegando, los manifestantes, a bloquear las carreteras de acceso a la isla.
Macron, el pasado 21 de noviembre, tomó la decisión de desplegar las tropas para acabar con la violencia.
Por el momento, las cifras son de tres muertos y más de 750 heridos; de ellos 136 son agentes de policía. Aunque la excusa inicial fue el alza del precio de los combustibles, el movimiento de los chalecos amarillos se ha levantado por la austeridad económica, la impopularidad del presidente Macron, el euroescepticismo, la desigualdad de los ciudadanos por los ingresos, la austeridad económica y un gran sentimiento contra la globalización.