Comienzo del programa "Bienvenidos a mi hotel", que se emite en el canal Cuatro de lunes a viernes a las 20.30. Como gallega, esperé a ver cómo se desentrañaba el programa para ofreceros una opinión, siempre teniendo en cuenta que en esta ocasión me toca muy de cerca.

Primer programa de la temporada en el Hotel O Semáforo

El programa se desarrolla en el Hotel “O Semáforo” que se encuentra Fisterra, un pueblo pesquero lleno de belleza, olor a mar y gentes muy cercanas y amables. En plena Costa da Morte, muy conocida por sus impresionantes acantilados, sus naufragios y sus temporales, algo que los concursantes no han tenido en cuenta en el momento que decidieron pasar una noche en uno de los cabos más azotados por el viento.

Fisterra también es una zona de paso obligada, puesto que es el fin del Camino de Santiago, donde se encuentra el km 0, y donde se encuentra una de las puestas de sol más hermosa del mundo. Antiguamente, el hotel era un edificio de la Marina dedicado a la vigilancia.

El hotel, como puede comprobarse en el programa, está regentado por Jesús y Jacinto. Ambos están haciendo una gran gestión tanto de cara a los clientes como hacia sus empleados. Y un gran trabajo turístico promocionando Fisterra.

El hotel cuenta con cinco habitaciones, y el programa muestra tres de ellas, que rondan entre los 150€ y 190€ por noche, con desayuno incluido con productos de Galicia. La habitación que con mejor aspecto fue "Naufragio" que contaba con un jacuzzi, una pena que las concursantes no fueron capaces de ponerlo en marcha y tampoco se les ocurrió la grandiosa idea de llamar a recepción para que les indicasen como hacerlo.

La otra vida de Carmen la meditadora

Los concursantes invitados al hotel fueron:

Carmen y Laura del hotel rural "La casa del mundo" de Cáceres. Carmen, más conocida como Aneia en su otra vida, algo que descubrió en un sueño, o la meditadora; y Laura "la adoradora de pescados", un paseo de lo más divertido por la lonja de Fisterra.

En su hotel no sirven ni carne ni pescado, algo a tener en cuenta por si tienes ganas de un chuletón y no quieres que te pongan dos velas negras.

Los segundos concursantes, Miguel y Dayana del hotel rural "Bermellar" en Salamanca, amigos y amantes del silencio y con un gran odio hacia los ambientadores.

Y por último y no menos importantes, el matrimonio formado por Cristina y César, un nuevo César Portela, decorador e interiorista, algo que dejó muy patente por sus continuos ataques a la decoración del establecimiento.

Lo más sorprendente de todo el concurso fue comprobar que a la hora de la cena donde se les deleitó con un Rodaballo fresco, tan vivo que llegó a poner la piel de gallina a Laura, y una centolla acompañada de percebes, ninguno de ellos sabía cómo se comía un percebe.

Para finalizar la cena, el escritor Roberto Velay, natural de Fisterra, les deleitó con una Queimada con conxuro incluido.

Las puntuaciones fueron bajas, teniendo en cuenta el enclave del hotel, la atención y amabilidad mostrada por sus anfitriones, y una cena muy difícil de superar. Lo que está claro es que los concursantes no van a dar más de lo que esperan recibir.

Eso sí, en las actividades ofertadas por "O Semáforo" se echa en falta una visita al museo del Castillo de San Carlos donde podrían escuchar de voz del escritor Alexandre Nerium alguno de los relatos vividos en Finisterre, o un paseo por la playa de Mar de Fora o Langosteira, para que pudiesen apreciar el paisaje que les rodeaba.