Llevo casi cuatro años viviendo en Galicia, disfrutando de los paseos por los senderos y los montes de la provincia de Pontevedra. Uno de los lugares que más disfruto es la Ruta da Pedra e da Auga -situada en el área do Salnés-, que transcurre a la vera del río Armenteira en la que puedes gozar de parajes llenos de árboles y cascadas de agua impresionantes. El recorrido finaliza en la Abadía cisterciense de Armenteira. Y diréis: ¿Qué tiene todo ésto que ver con el negocio de los incendios?. Quería llegar hasta este punto porque mi mujer y yo nos paramos a conversar hace un par de semanas con una señora mayor muy amable que vivía en Armenteira, y nos hizo llegar que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, solía hacer senderismo en sus vacaciones por esta ruta.

Me causó una profunda sorpresa saber que Rajoy es una persona que le gusta hacer senderismo por su tierra, pero no alcanza a mi comprensión que las autoridades gubernamentales, tanto estatales como autonómicas, donde gobierna su partido político, el PP, estén implicados hasta las cejas en hacer un negocio rentable a costa de dejar quemar intencionadamente los bosques de toda España.. No lo digo yo sino que lo denuncian muchos periódicos nacionales y locales (El Mundo, La Vanguardia, El Confidencial, La Nueva Crónica o el Faro de Vigo, entre otros).

Aunque no me considero un adivino ni un oráculo, me temo que, ante el inicio de la temporada estival, los montes y campos españoles se verán de nuevo amenazados por una nueva oleada de incendios que arrasen muchas hectáreas para llenar los bolsillos de dinero de muchos interesados (políticos y empresarios), y ojalá me equivoque.

Lo que más me da pena de todo ésto es que se juegue con nuestro amado planeta, que se lo están cargando por culpa de un puñetero negocio lucrativo de personas sin escrúpulos (mejor los definiría como gentuza), que les da igual quemar los bosques de nuestro país, arrasando árboles, plantas, animales y vidas humanas.

Echo la mirada atrás y tengo grabado en la memoria los incendios que asolaron Galicia hace siete meses (mediados de octubre de 2017) y la verdad es que a mi mujer y a mí se nos cayó el alma a los pies, ya que lo vivimos muy de cerca.

Las cenizas caían a la carretera mientras las llamas se extendían rápidamente. Nunca vimos nada parecido. Les tengo que reconocer que lloramos ambos al observar algo tan infernal. Y nos preguntamos: ¿Cómo se puede hacer algo tan cruel con la naturaleza?.

Ahora les haré un repaso de los motivos que hay para que España arda en llamas, debido a unos cuantos señores que han encontrado un filón económico en los campos y bosques españoles.

Antes, era fácil echar la culpa a los pirómanos, que no digo que algunos hayan provocado algún incendio que otro, pero ya no cuela esta excusa a la que se agarraban las autoridades políticas para tapar el gran negocio que rodea a los incendios en España. La comunidad gallega, donde resido actualmente, es la cuna de los incendios que esconden intereses económicos detrás, fastidiando el ecosistema y jugando con la vida de muchos seres vivos.

Una funesta Ley de Montes enciende la mecha

Escuche bien atentamente señor Rajoy. La funesta Ley de Montes que aprobó su gobierno en el año 2015 abrió la posibilidad de cambiar el uso de terrenos quemados. Ésto ha desencadenado que el riesgo de provocar incendios sea mayor para permitir la construcción en zonas quemadas.

Imagínese cuántos empresarios y políticos se han beneficiado de ello y han visto el negocio lucrativo con esta ley y con su consentimiento.

Sólo les voy a reseñar una de las muchas estadísticas que se han publicado sobre los incendios provocados intencionadamente. Según se publica en la web de RTVE -el ente televisivo público que está bajo el control del gobierno-, el año 2017 es el que más terreno se ha quemado, entre el periodo del 1 de enero y 30 de noviembre, con 176.587 hectáreas, casi el doble de la media de los últimos diez años, que se cifra en 87.385,35.

También les indicaré dónde está también los beneficios económicos si se queman nuestros bosques. Les hablaré del caso de la Comunidad Autónoma de Galicia, que ha sido la más afectada del territorio español.

Según datos que pude recabar del diario Faro de Vigo, dos empresas Inaer y Nanutecnia son las que tienen el monopolio de la gestión de helicópteros de extinción forestal.

49.000 hectáreas quemadas en Galicia

La Xunta de Galicia, donde gobierna el PP, adjudicó su último aparato en vísperas de la última gran oleada de incendios que arrasó, según datos de la propia Xunta, 49.000 hectáreas. El montante de esta contratación se cifró en un millón de euros en los dos próximos años (de momento, le queda un año de contrato en vigor y vamos a ver lo que ocurre en lo que queda de 2018).

La elevada minuta de los incendios forestales recae sobre el erario público. Según indicó el propio Faro de Vigo, el gobierno autonómico gallego dedicó en 2017 cerca de 100 millones de euros para labores de prevención y de extinción y cuenta con un dispositivo de 7.000 efectivos.

Para que se hagan una idea, contratar un helicóptero en estos casos cuesta 6.000 euros la hora, mientras que la tarifa para un hidroavión es de 4.000 euros la hora.

Lo más gracioso de este grave affaire es que la Xunta, después de este desastre ecológico, decidió cambiar en el Parlamento Autonómico la política de prevención de incendios, cuando el daño ya estaba hecho, reconociendo de este modo su fracaso en la normativa que dictaron sus compañeros de partido a nivel nacional y que afecta a todo el territorio español.

La principal modificación consiste en "la supresión de las distinciones que se establecen sobre la plantación de especies pirófitas y a partir de ahora quedará prohibido plantar pinos, eucaliptos y acacias en los 50 metros alrededor de las edificaciones, viviendas y urbanizaciones, instalaciones, límite del suelo urbano, rural y urbanizable”.

Perdónenme lo que voy a soltar por la boca, porque si no lo digo reviento: “¡¡¡Vaya cara tienen estos políticos!!!”. Este cambio me parece muy bien, pero lo que me produce una profunda indignación es que estas mismas autoridades políticas gallegas hayan permitido plantar indiscriminadamente estos árboles, sin mantener la distancia adecuada entre estas especies pirófitas -que tienen afinidad con el fuego- y cualquier edificación, por todos los rincones de Galicia.. Lo que está claro es que detrás de todo ésto hay un negocio lucrativo por parte también de muchos empresarios de la industria maderera, que han visto un filón económico con la plantación del eucalipto en particular.

La industria del eucalipto, una mina de oro

Sólo les aportaré un dato significativo que indican las grandes ganancias económicas que se ha hecho con el eucalipto, que ocupan 425.000 hectáreas de superficie en todo el territorio gallego, casi duplicando lo que permite el plan forestal de la Xunta de Galicia. En 2016, la industria del eucalipto generó unos ingresos que alcanzan los 150 millones de euros al año. En mis investigaciones averigué que el nuevo plan forestal de Galicia le ha dado más protagonismo a la plantación del eucalipto. De hecho, en 2011 se plantaron 30 millones de eucaliptos en toda la geografía gallega. No les quiero marear con tantas estadísticas, pero creía conveniente facilitarles estas cifras para que se den cuenta que nuestros bosques se han convertido en una máquina de sacar dinero para los políticos y empresarios de la construcción y de la industria maderera.

Para finalizar les haré llegar los testimonios significativos de dos bomberos forestales españoles que denuncian el negocio del incendio en un canal de you tube. Sergio Aranzana señaló que “ahora mismo la sociedad tiene puesta la conciencia en el beneficio económico. Todo se basa en torno a la rentabilidad. Entonces, las catástrofes no pueden ser rentables para nadie”.

Por su parte, su compañero, Íñigo Hernández, explicó lo siguiente: “El tema de los incendios forestales ha desarrollado el negocio del fuego porque nos estamos centrando mucho en la extinción de los incendios forestales. y eso ha generado que en España tengamos un montón de medios aéreos carísimos. Cuando se produce un incendio forestal se está gastando más de 70.000 euros a la hora para intentar apagarlos.

Entonces, estamos viendo que las Administraciones Públicas están participando de ésto. Gastan muy poquito en prevención y, sin embargo, gastan muchísimo en extinción. Hay gente que se está aprovechando de eso. Igual hay que generar legislación específica para eso y evitar cuestiones como la de Terra Mítica, en la que se quema un bosque y luego se hace un parque de atracciones, que además económicamente no funciona y luego lo hemos pagado todos. Ésto lo podemos hacer mejor y evitar que ésto suceda“

Más alto, pero no más claro las declaraciones de ambos bomberos. Mi última reflexión sobre este triste asunto es que ya es hora de que despertemos y que actuemos con conciencia. En vez de lanzarnos a la calle a celebrar, por ejemplo, la victoria del Madrid, del Barça o de la selección española de fútbol, solo pido que hagamos lo mismo con estas barbaries que están haciendo los políticos y los empresarios, que se enriquecen a costa de quemar nuestros montes y matar a muchos seres vivos. En definitiva, se trata de defender y cuidar a Madre Tierra, que nos da la vida cada día a todos los que habitamos este planeta.