Si enumeramos las razones por las que fumamos, podríamos hacer una lista enorme; sin embargo, la realidad es que difícilmente sabemos la razón de por qué lo hacemos. Además, mientras más lo pensamos, más nos damos cuenta de lo tontos que somos por el hecho de fumar. Pero entonces, ¿Por qué fumamos?

Una de las razones más conocidas, es que las personas fuman para tranquilizarse. Medicamente está comprobado que el cigarro acelera el ritmo de tu corazón y, por lo mismo, te pones más “acelerado”. O sea que para nada te tranquiliza, es falso.

Fumar es un mal social y a lo mejor, eso es lo que te provoca que recurras al cigarro, aunque ni te guste en realidad.

Puedes intentar hablar con algunas personas que no fuman, o podrías darte cuenta de lo que hacen con las manos o como hablan sin el cigarro. Así podrás tomar conductas a seguir cuando te decidas a dejarlo. Además, la riqueza de la amistad se basa en que te dejen ser como eres y si no te gusta o no te llama la atención fumar, no tienes por qué sentirte diferente o mal.

El asunto de esto está en que te mantengas firme y te lleves bien con tus amigos sin necesidad de hacer algo que tú no quieres. Es una prueba difícil de la amistad, pero lo más seguro es que tus amigos entiendan y no cambian contigo aunque dejes de fumar o de entrada, no fumes.

La realidad

Fíjate como el cigarro es el escudo perfecto para dar seguridad, quizás.

Hasta las personas mayores necesitan de esta herramienta para poder enfrentar una conversación, a una persona o cualquier situación. ¿Qué vas a hacer cuando no tengas el escudo? Todos tenemos inseguridades y miedos, pero lo mejor que puedes hacer es enfrentarlos antes de tratar de esconderte detrás de un cigarro.

Un secreto para las personas que estén decididas a dejar el cigarro, es que la primera semana es la prueba de fuego, después se te olvida por qué estabas angustiada, y la tercera ni te acuerdas que fumabas.

Pero si te llega la angustia desquiciante, ahí te va otro secreto: para ganar un maratón, primero diste un paso y luego otro, y así vas hasta lograr llegar a la meta y de eso se trata el proceso para poder dejar definitivamente el cigarro.

Consejos básicos para no caer en el vicio nuevamente

  • Antes que nada, olvídate de ese súper mito de que en cuanto dejas de fumar, engordas. No hay ningún dato médico que justifique esta afirmación, solo hay personas que por falta de fuerza de voluntad, se escudan en esta falsa idea.
  • Resulta que te hace falta tener un cigarro en la boca; pues puedes recurrir a cargar un lápiz y colocártelo en la boca para calmar esa sensación o comer algo agradable como frutas y verduras, en vez de recurrir al dañino cigarro.

Todo es cuestión de decisión, poder y actitud. Si tu decisión es definitiva, tu fuerza de voluntad será enorme y no volverás al vicio del cigarro, hazlo por tu salud y bienestar.