Ser organizado es una habilidad que debes tener para que tu vida se simplifique. Sabemos que no es tan fácil lograr ser organizado en todas las cosas y todo el tiempo. Pero, si no intentamos mantener el orden en nuestra no podremos lograr el éxito que queremos.

Si está en tu naturaleza tirar a la silla todas las prendas de vestir que no están del todo limpias, necesitas con urgencias comenzar a aplicar más organización en tu vida. Eso te va a servir y de mucho. A continuación, excelentes consejos sobre cómo cambiar nuestro entorno, hábitos y modos de pensar para poner orden en nuestras vidas.

Simplifica tu entorno

Primero, configura una plataforma de lanzamiento. Busca un espacio cerca de la puerta donde siempre puedas guardar artículos como tus llaves, chaqueta y maletín o bolso de mano. Es recomendable mantener una pequeña lista de recados allí, recordándote cosas por hacer como, por ejemplo, devolver los libros de la biblioteca. Al salir por la mañana, tienes una pantalla visual en lugar de caminar por la casa en busca de diez objetos diferentes en diez lugares diferentes.

Desecha lo que no uses

Una vez que haya establecido una plataforma de lanzamiento, puede seguir con el segundo paso: Desecha. Esto a veces nos resulta difícil hacerlo, ya que creemos que todo lo que tenemos nos hace falta, pero lo cierto es que no.

Debemos desechar o donar aquellas cosas que no estemos usando para poder tener más espacio y saber con qué contamos exactamente.

Mientras estaba limpiando el desorden de mi cuarto, me encontré sosteniendo un objeto y pregunté: "¿Cómo podría usar esto?" Pero, debería haberme hecho una pregunta diferente: "¿Cómo podría vivir sin esto?

No posponer las tareas

Si una tarea lleva dos minutos o menos por hacer, hay que hacerla. Posponer las cosas pequeñas para después, hace que al final del día o la semana haya muchas pendientes por hacer, y esto resulta estresante. Aunque no lo creamos hacer las cosas pendientes tan pronto como podamos nos ahorra tiempo, además energía ya que quitamos de nuestra mente esa preocupación de tener un trabajo pendiente por hacer.

Reduce la velocidad

Aunque puede parecer contradictorio, la ralentización también ahorra tiempo a largo plazo.

La prisa es un desperdicio. Cuando nos apresuramos es cuando dejamos nuestra tarjeta de crédito en el mostrador. Es cierto la prisa lo que trae es cansancio y estrés. Siempre trato de tomarme el tiempo para volver a poner la tarjeta de crédito donde va.

Cambia tu mentalidad

Valora las cosas que deben hacerse. Es fácil decir: “No importa si guardo mis compras”. Pero sí importa. Si no guardas tus compras, no tendrás espacio para desayunar por la mañana, por lo que podrías terminar tirando tu café y teniendo un derrame para limpiar.

Priorizar la organización es un poco como priorizar el ejercicio.

Sabes que deberías hacerlo y que ayudará en el camino, pero ¿no puedo simplemente mirar televisión?

Un ligero cambio en la mentalidad, priorizar la organización y encontrar alegría al hacerlo, puede marcar un mundo de diferencia.