Se sabe que ser madre no es para nada algo sencillo, pero la experiencia de poder educar a un niño es algo verdaderamente hermoso. Pero, hay muchas acciones y sentimientos con los cuales las madres luchan todos los días, como la impaciencia y el estrés. Por ello, algunas madres, aunque no lo quieran terminan gritándole a sus hijos, una actitud completamente errada. La verdad es que no tiene sentido, ya que los hijos, en especial, los pequeños, no obedecen con gritos. Por el contrario, se asustan y lloran aún más.
A continuación, algunos consejos muy útiles que evitarán a las madres perder la cordura y que terminen gritándoles a sus pequeños, que tanto quieren:
Admite que estabas equivocada y discúlpate
Nadie es perfecto y ninguna mamá tampoco. Es por ello que lo más recomendable es pedir disculpa si has ofendido o gritado. Simplemente hay que enseñarles a los hijos lo que es correcto, a admitir cuándo se equivocan y a pedir disculpas por tener el comportamiento equivocado. Si alguien grita (incluyendo a mamá) debe pedir disculpas e intentar que no vuelva a pasar.
Primero, mira tu actitud
Sí, los hijos estresan y ponen todo al revés. Por supuesto que son así, eso es lo que hacen los Niños: gritan, pelean, brincan por todo el sofá y hacen un desastre.
Es muy probable que cuando te enojes y pierdas los estribos tenga muy poco que ver con lo que hizo tu hijo en ese momento. Probablemente tiene más que ver contigo.
¿Duermes lo suficiente, estás estresada en tu trabajo? Es muy probable que debas marcar todos estos puntos para que los tengas presentes. Pero, esos no son motivo para desahogarse con los hijos.
Generalmente cuando los padres están cansados y tienen muchas cosas sobre la marcha, es mucho más probable que les grite a tus hijos. Es por ello de mucha importancia buscar el equilibrio y repartirse las tareas para evitar sobrecargas y agotamientos.
Conoce los desencadenantes
Identifica qué conductas de tus hijos te irritan más.
¿Es el lloriqueo o cuando tus hijos comienzan a pelear entre ellos? También identifica cuándo es más probable que estés de mal genio. ¿Es cuando tratas de preparar a tus hijos para la escuela para que puedas llegar a tiempo a tu trabajo o cuando llegas a casa con las manos ocupadas y tienes que preparar la cena? Anticípate a esos momentos y trata de controlarlos cuando lleguen. Pero recuerda, los niños demandan toda tu atención y es importante dársela.
Cuando sepas cuáles son los factores desencadenantes y los comprendas, podrá enfrentarlos mejor.
Tu misión principal deberá ser convertirte en una madre que no grita. Gritar no es la forma de tratar a los hijos. Al contrario de esto, deberás brindarle más comprensión y conversaciones tranquilas.