El apocalipsis Zombi

A mis 55 años de edad, siempre creí que los zombis (muertos vivientes) eran seres creados por la imaginación de algún productor cinematográfico de ciencia ficción sin embargo jamás pensé conocer a todo un país, a mi país con casi toda su población de zombis o algo parecido.

El poema en el subtitulo, lo recitaba mi querida madre, que en paz descanse, que Dios misericordioso se la llevo a tiempo para que no sufra más el cercano apocalipsis que nos acecha.

Pues sí, que otro nombre se les puede dar a las personas de un país completo, que les han quitado todo, hasta su dignidad y siguen viviendo aparentemente como si nada pasa.

Un país en que nada funciona normalmente, como en cualquier otro país del mundo, inclusive a los que llaman en vías de desarrollo (caso que ya ni aplica a #Venezuela), los servicios públicos básicos como la energía eléctrica, agua potable, gas doméstico, telefonía, servicio de aguas servidas, son en extremo caóticos o muchos de ellos ni siquiera llegan a parte de la población; ni hablar de la vialidad urbana y extraurbana, señalización, semáforos, alumbrado público, recolección de basura, vigilancia de tránsito y policial y pare de contar, los cuales son deficientes por no decir ausentes en gran parte del país. ¡Pero esto no es todo!

Un país con una economía dolarizada

En Venezuela se utiliza el equivalente al dólar (paralelo) para la comercialización de los productos e insumos básicos de primera necesidad y consumo masivo, así como de medicinas.

Pero la moneda oficial (Bs), para el pago de sueldos y salarios a la población. No hay que ser un analista económico para dilucidar que el salario mínimovenezolano que es de 1.307.646 Bs. (incluyendo el ticket de alimentación a abril 2018) dividido entre la tasa del único dólar, que medio se consigue en el mercado paralelo y está alrededor de 650 Bs/$, este ingreso equivale a 2 $/mes, que supongo que es uno de los más bajo del mundo.

Y esto en un país donde el precio por kilo de todos los productos alimenticios elementales como arroz, azúcar, pasta, harinas, enlatados superan el dólar y ni hablar de los proteínicos como carnes, pescado, embutidos y lácteos que sobrepasan ya los 2$ por kg. El costo de las medicinas no se queda a atrás, un simple antibiótico está costando entre dos y cinco dólares.

¿Cómo vive un venezolano común y corriente con una familia promedio de cuatro o cinco miembros, por más que todos trabajen y perciban este salario? Esto debería ser merecedor de un record en el libro de Guinness.

Bueno y ni hablar si se nos avería algún artefacto electrodoméstico, por pequeño que sea como una plancha o licuadora, sin pensar en los más grandes y elementales como la nevera, lavadora o aire acondicionado, ya que estos se han vuelto irreparables y mucho menos reemplazables dado los altos costos dolarizados de los mismos. Ahora si se trata del vehículo, medio de locomoción y transporte que se dañe ya sea desde la batería, los cauchos o cualquier otro daño más grave como el motor o la caja de trasmisión, inevitablemente hay que dejarlo de macetero en el jardín a no sea que te saques el premio mayor de la loteríapara poder repararlo.

El Virus Zombi

Y con toda esta situación, seguimos todos caminando como zombis por las calles, como si nada pasara.

Me pregunto irónicamente, ¿no será que el gobierno ha introducido una especie de virus zombi, de conformismo extremo, o droga hipnótica en las cajas o bolsas de alimentos que el gobierno entrega o vende a bajos precios a las masas populares de la población, y que llega una vez a la cuaresma o cuando se acerca algún proceso electoral?, elecciones por cierto que siempre las gana el mismo gobierno.

Pero esta versión del síndrome zombi no es el normal que has visto en las películas, este supera la ficción y ni siquiera se le ha ocurrido a Steven Spielberg.

En ésta, los zombis representados por gran parte de la masa popular de la población, han mutado y en lugar de atacar a los vivos, que en este caso son los“vivitos”, políticos y dirigentes corruptos, enchufados (aprovechadores de los beneficios del gobierno) y gran responsables de la catástrofe del país, se atacan entre ellos mismos.

Realizan protestas con trancas en las vías públicas, mediante la colocación de barricadas de todo tipo (cauchos, troncos, bombonas de gas, etc.) cuando ya están cansados de cocinar en leña porque el gas domestico suministrado en bombonas nunca llega, cuando el agua tiene semanas sin aparecer, o su bolsa de comida a pesar de la cercanía de las elecciones tampoco aparece, esto entre otros motivos, ¿y logran algo?, ¿a quienes perjudican? ¿quién transita por estas vías? pues el pueblo mismo o sea que se atacan entre ellos mismos. Entonces pregunto, ¿porque no dirigen sus protestas al los verdaderos responsables, llámese gobernación, alcaldía, oficinas o instalaciones de servicios públicos, entre otros?

Por otra parte un grupo, sin escrúpulos, sin vergüenza, sin remordimientos, venden los productos de primera necesidad, que han obtenido quien sabe de qué forma, la mayoría proveniente de desviaciones de los planes sociales del gobierno por algunos de los funcionarios públicos corruptos, o de comerciantes inescrupulosos que han usado los dólares oficiales (muy por debajo del dólar paralelo) o de otros enchufados con el poder económico para importarlos, y lo comercian con márgenes de ganancias estratosféricas, aprovechándose de la necesidad y hambre del pueblo.

Así hay infinidad de roscas o mafias de zombis perjudicando al pueblo ya con descaro a los ojos complacientes de las autoridades gubernamentales, seguramente porque a ellos en su alto nivel de vida no les afecta nada y más probablemente porque reciben jugosas recompensas económicas por hacerse de la vista gorda.

Entre estos esta también la mafia de los lubricantes de vehículos, que siendo uno de los países petroleros con la mayor reserva de petróleo del mundo, no se consigue ni un litro de aceite nacional para vehiculo, ni siquiera en la capital del estado donde se encuentra la refinería petrolera más grande del mundo, ya que estas mafias acaparan toda la producción (a precio regulado por el gobierno) para envasarlos en recipientes reciclados y revenderlos a precios de aceite importado superando los dos dólares por litro (equivalente al salario mínimo mensual) y no conforme con ello le añaden otro derivado del petróleo (gas-oil) cuyo precio en Venezuela es insignificante, para aumentar sus ya abultadas ganancias en detrimento del gran daño que causan a los motores de los vehículos y por ende a sus propietarios, sean choferes de carritos por puesto, taxistas, buses y particulares, ¿y quiénes son estos, sino parte del mismo pueblo?.

Y así existen muchas otras mafias operando libremente en Venezuela, como la del trafico del dinero en efectivo, la de los medicamentos, la de repuestos automotrices, la del dólar, entre otras, pero que no trataremos en este artículo por cuestiones de espacio.

Mientras tanto, otros zombis continúan haciendo sus colas interminables de horas, días enteros e inclusive amaneciendo de días anteriores, soportando las inclemencias del tiempo, la lluvia, el intenso sol, el frio de la noche, ya sea de pie, sentados en las aceras, acostados en el piso, en fin en condiciones infrahumanas, pero será que en este estado catatónico en que se encuentran no sienten nada, de lo contrario ¿cómo se explica ver centenares de personas aglomeradas en las afueras de los supermercados, esperando bajo estas condiciones a que vendan a precio regulado unos cuantos paquetes de harina de maíz o cualquier otro producto que escasea en el país?

¡Ni los ancianos se salvan de este holocausto! [

Una luz en la oscuridad

A su vez coexiste otra fracción de la población (en peligro de extinción) y aun no contaminada, seres aún pensantes, con cierto grado de raciocinio que se encuentran entre la espada y la pared y que se ha mantenido trabajando fuerte y honestamente, con más tesón que nunca para mantener a su grupo familiar, mientras que una gran parte de este sector, ha podido y continuará saliendo a tiempo de su país antes que se contagie con el virus, en busca de un mejor futuro y que desde su nueva y extraña tierra que le ha dado una grata acogida, hace un gran esfuerzo y en un acto de amor y desprendimiento sin precedentes envía a sus seres queridos rezagados, remesas de dinero para que estos puedan ayudarse a subsistir a esta debacle.

Es más, pienso que no sería una idea descabellada y al mismo tiempo digno de un análisis más concienzudo, si no será justamente que a nivel nacional, estas remesas de dinero en diferentes divisas (euros, dólares, pesos, etc.) que entran al país por diferentes vías y al cambio en la moneda oficial venezolana (Bs), están originando un flujo de circulante tan grande que en cierta forma esté ayudando a controlar el desequilibrio económico existente en el país (mencionado anteriormente) y que a su vez este creando una falsa imagen (muy frágil) de cierta tranquilidad social, que el gobierno ha aprovechado para manifestar descaradamente, en instancias internacionales, que en Venezuela no hay crisis de ningún tipo y mucho menos humanitaria.

Presidenta de la Asamblea Constituyente niega crisis

El Antivirus

Ya finalizando este artículo, espero que el mismo sea al menos un granito de arena, un estímulo o especie de antivirus a este síndrome zombi, de apatía e inercia en que estamos sumergidos la mayoría de los venezolanos y que al menos haga despertar de este letargo a uno de mis hermanos, y este a su vez a otro y así sucesivamente, con la esperanza de crear una sola voz en contra de esta injusticia que estamos viviendo todos los venezolanos.