Las temporadas del 2011 con el Porto y 2012 con el Atlético de Madrid fueron las más excepcionales del tigre colombiano en Europa donde alcanzó dos UEFA Europa League, una Supercopa de Europa con el equipo colchonero y varios récords de goleador en ambos equipos. Luego de varios años exitosos desembarcó en el Mónaco francés quien tenía un gran proyecto deportivo y Falcao fue una de sus prioridades, pero con el pasar del tiempo no fueron muchas más las figuras que llegaron y se quedó solo, y así la posibilidad de haber integrado uno de los gigantes de Europa se esfumó también.

Pero el 22 de enero de 2014 en un partido de la copa de Francia, que no requería su presencia por jugar en contra de un equipo de tercera división, ocurrió algo que cambiaría su vida deportiva para siempre. EL defensor Sonek Ertek en su entrada por el balón no sólo acabó con su temporada sino también con la posibilidad real de que Colombia pudiese ganar un mundial de fútbol alguna vez, y a pesar de que Jose Carlos Noronha, médico que lo operó y guió en el proceso de rehabilitación, dijo que podía haber posibilidades de que jugara en Brasil, eso nunca ocurrió.

Un recorrido por sus años más tristes

Lastimosamente, sólo era el comienzo de lo que le esperaba a Falcao ya que si bien el Manchester United, flamante equipo inglés, creyó en sus condiciones y lo sumó a sus filas después del mundial de 2014, las cosas no se dieron como todos esperaban y no solo no tuvo las oportunidades necesarias para brillar, sino que pronto fue relegado al banquillo por Luis Van Gaal que era el entrenador de turno.

Poca actuación, muchas críticas y sólo 4 goles en la temporada ocasionaron su inminente salida del equipo; luego de esto, encontró refugio en el Chelsea inglés donde intentó darse otra oportunidad en el fútbol de ese país, pero las cosas quizás fueron peores en el conjunto que lideraba José Mourinho en aquel entonces ya que convirtió un solo gol y en muy pocos partidos vió actividad.

Su falta de ritmo no sólo lo llevó a alejarse de los puestos de élite en el mundo sino que lo alejaron también un buen tiempo de la selección Colombia. Fue así cuando luego de dos temporadas en ceros, volvió al Mónaco donde lentamente comenzó a recuperar el nivel y a volver a ser el temido atacante que siempre había sido.

Su Mónaco le arrebató La Liga 1 al todopoderoso París Saint Germain en la temporada pasada y llegó hasta las semifinales de la Champions League donde solo la Juventus fue capaz de pararlo, volvió a ser importante para Colombia en las eliminatorias a Rusia 2018 y en gran parte, gracias a él, Colombia logró su tiquete a la cita mundialista del próximo verano.

Falcao lentamente volvió a sonreír, volvió a ser determinante en cada partido de su equipo, de nuevo fue portada de las principales revistas deportivas y retomó su nivel justo a tiempo para la cita mundialista.

El presente que augura un buen futuro

Es de esas personas que todo un país quiere ver, que nada malo tienen que decir, que irradia orgullo y que sin duda será eterno en la memoria de quienes lo vieron y quienes no. Hoy en día el tigre disfruta de una temporada muy buena en lo personal con el Mónaco, lleva más de 20 goles y espera la cita deportiva más importante de su carrera que se dará al finalizar este verano en Rusia. El sueño por el cual lucho tantos años está a la vuelta de la esquina, el sueño por el cual se esforzó día y noche desde que se lesionó está a tan sólo un par de meses y si él está, hay muchas probabilidades de superar lo hecho en Brasil 2014 cuando un James descomunal se las arregló para hacer historia.

Para muchos deberían ponerlo en una nevera y esperar que pasen los días porque sienten miedo que alguna lesión pueda aparecer, pero no, él quiere jugar, quiere seguir haciendo goles y llenar de mucho aire la camiseta para llegar a Rusia a hacer el mejor papel posible.

Es un ejemplo a seguir, un ejemplo de vida, un ser humano de esos que te da gusto ver, que te da alegría saber que le va bien a pesar que él no sepa ni que existes y de esos que sin importar si estás en casa, en un bar, o solo, te dan ganas de pararte y aplaudir; por su nobleza, su gran corazón, gran capacidad y ese tesón inquebrantable que lo tiene muy cerca de su objetivo de vida profesional. Es ahora o nunca, y millones de colombianos y fanáticos alrededor del mundo esperan que Falcao ruja en Rusia más fuerte que nunca, como el gran tigre que es.