Lo hemos comprobado millones de personas, y a través de distintos canales, como al protagonismo de vestidos, diseños y joyas, le arrebata los flashes el movimiento reivindicativo feminista tan presente en la actualidad.

A partir del inicio de la caída libre de poderoso Harvey Weinstein por el mayor escándalo de acoso en Hollywood, los acontecimientos se han sucedido también de manera escandalosamente rápida, sin antídoto para el silencio, nadie tiene miedo a contar, a advertir lo que hasta ahora era un secreto a voces. Ahora creemos a Dylan y en Oviedo piden la retirada de la estatua de Woody Allen.

Ellas hablan, todas las mujeres, las víctimas y testigos. Las atletas de la selección estadounidense de gimnasia señalan directamente a su agresor, el médico de la federación Larry Nassar. La ex campeona olí­mpica estadounidense, McKayla Marney, finalizó su testimonio en twitter con el hashtag #MeeToo, y de nuevo lo convirtió en viral.

Las protagonistas de las alfombras rojas

Puede que a muchos les parezca una frivolidad el desfile reivindicativo tan de moda en las alfombras rojas, pero lo cierto es que crea expectación, lo sube a titulares, lo hace viral, so pena de caer muchas veces en banalidades y postureos.

Por la alfombra roja de los Premios Goya 2018 vimos a Isabel Coixet, ganadora de tres de los premios principales (Mejor Pelí­cula, Guión y Dirección original) por La Librería, posando con su abanico rojo #MasMujeres, una acción promovida por CIMA, la Asociación de Mujeres Cineastas y Medios Audiovisuales, para denunciar la situación de desequilibrio y para anunciar su decidida determinación a repararla.

También desplegó el abanico rojo Penélope Cruz, la gran estrella del cine español y nominada a Mejor actriz principal por Loving Pablo. En los Premios Grammy 2018, el apoyo al movimiento #METOO lo vimos expresado con rosas blancas que lucieron las estrellas.

El movimiento 'Time's Up', iniciado por reconocidas actrices de Hollywood para combatir los abusos de la industria, ha explicado en un mensaje en Twitter que las rosas blancas "simbolizan respeto, rinden homenaje a los nuevos comienzos y expresan esperanza para el futuro.

Lady Gaga, Miley Cyrus y Rita Ora, también se unieron a la reivindicación.

Ya en enero, en los Globo de Oro 2018 se dio un primer paso, con una reivindicación que acaparó total atención por el desfile de celebrities vestidas de negro, en protesta por los abusos de los cuales han sido y siguen siendo víctimas las mujeres. Se sumaron al dress-code Catherine Zeta-Jones, con un diseño de Zuhair Murad, Jessica Biel de Dior, Salma Hayek con un ceñido vestido de Valenciaga y Claire Foy, protagonista de The Crown, con un esmoquin firmado por Stella McCartney, entre otros.

Se nos va de las manos

En estos momentos en los cuales las cifras de víctimas de acoso, malos tratos, discriminación aumenta, ahora cuando hay una lucha por recuperar espacios, ahora que las víctimas hablan, cuando se hace visible en foros importantes, es momento de vigilar que no se desvirtúe el mensaje, fundamentalmente por respeto a quienes cada día hacen un esfuerzo por globalizar la protesta. Sobran ruidos generados por quienes se suben a la tendencia sin entender siquiera la raíz de los problemas y la dimensión de los mismos. Desviamos la atención, debilitamos la fortaleza.

"Portavoces y portavozas" no parece demasiado necesario Sra. Montero. "Desdoblar el lenguaje" no es el principal problema, tampoco era necesario el "miembros y miembras" que un día pronunció la ex ministra Bibiana Aido y con quien la portavoz adjunta del PSOE, Adriana Lastra, ha estado de acuerdo, coincidiendo con Montero en la máxima feminista de que "lo que no se nombra no existe" y en esto último si­ que hay consenso.