Considerando investigaciones realizadas en América Latina acerca de la equidad educativa y la preocupación por la capacidad de articulación intersectorial necesarias para el desarrollo de políticas educativas integradas, se evidencia que el desarrollo de políticas educativas y experimentación política en los años 90 tuvieron su auge.
La desigualdad y el Estado: recortes presupuestarios y descentralización
Su consecuente problematización con la descentralización de la educación del Estado por razones de ajuste presupuestario, han redundado en las dificultades de articulación, desarrollo y posibilidades concretas de sostenerlas a lo largo del tiempo.
Estudios realizados en este tema, dan cuenta que la falta de articulación de diferentes reparticiones de la administración pública produce una tendencia al aislamiento y dificultades para el desarrollo de políticas intersectoriales. Esto se debe a la competencia en la distribución del presupuesto y a la forma de sub gobiernos en la que cada agencia opera con el Estado.
La falta de derivación de fondos a la educación como prioridad del Estado es una de las causas de la baja en el rendimiento de la calidad educativa. Latinoamérica es uno de los expontentes en tanto el artículo La educación en España: menos inversión, peores resultados refleja claramente un proceso parecido en este país europeo.
La articulación de rutinas institucionales y la inestabilidad de los cuadros políticos
El carácter habitualmente discontinuo en las propuestas de modernización, más allá de su orientación, confronta con el funcionamiento administrativo, rutinas institucionales y atenta contra la continuidad de las mismas produciendo inestabilidad por falta de coherencia, consistencia y continuidad.
En tal sentido, se encuentra coincidencias actuales en la confusa situación de la educación española.
Los vaivenes en los cuadros políticos y técnicos en Argentina y Latinoamérica, se contrapone con el modelo Finlandés dada la continuidad en las políticas de sus sectores evidencian los cambios y mejoras que así demuestran las evaluaciones internacionales.
Por otra parte, el poder político frecuentemente desestima la relevancia de su quehacer en la articulación de las rutinas administrativas para llevar a cabo un proyecto consistente de modernización.
La búsqueda de acuerdos entre la administración del Estado para negociar la implementación de políticas en cada región del país, construir acuerdos que contemplen contextos donde se encuentren los destinatarios, se hacen imprescindibles. La educación y mezquindad política en Argentina debieran desarticularse para re-conformar un proyecto educativo a largo plazo, y que el mismo sea un tema que trascienda el partido político de turno.
Si consideramos la evaluación como herramienta utilizada para generar cambios de mejora en las condiciones educativas, también debemos tener en cuenta sus obstáculos.
La deficiencia en materia de gestión por parte de los Estados Latinoamericanos, hacen que la implementación de mejoras educativas no hayan cumplido con su objetivo por encontrarse desarticuladas entre sí. En consecuencia, los logros encontrados han sido esporádicos.
Un Estado que se enfoque en el fortalecimiento de su capital humano priorizando la niñez, trazará un horizonte de país con mayores posibilidades de desarrollo.