Dicen que las comparaciones son odiosas, pero siempre tenemos algún referente cuando se trata de mejorar, ¿no? Alemania, Islandia, Japón, en estos países el paro entre jóvenes no llega al 7%, ¿y en España? 38,6%. Somos los mejores en el paro juvenil dentro de Europa, pero esperad, también ganamos en la tasa de paro de los mayores de 25 años.
Se contempla en estadísticas que precisamente Japón, un país desarrollado, tecnológico y ejemplar en el mundo en muchos ámbitos, tiene una alta tasa de suicidio, principal causa de muerte entre los hombres de 20-44 años.
El desempleo, la presión social, las exigencias personales que exceden a veces las posibilidades y nos sumen en la depresión son factores a tener en cuenta. Parece mentira viendo que el dato anterior era que el paro entre jóvenes no llega al 7%, ¿verdad? Pero es así, incluso “Suicidio en Japón” es un tema de Wikipedia.
Por el camino del desempleo
¿Hacia dónde estamos avanzando? Parece que esas citadas presiones sociales no cambian en la medida en que lo hace el empleo. Aún hoy, has de tener 30 años recién cumplidos y ya disponer de tu casa, tu trabajo fijo con un buen sueldo, e incluso algún hijo o hija.
¿Es esto lo normal hoy en día? Por supuesto, no estoy diciendo que sea imposible, sin embargo, si hacemos nuestra propia estadística, de las 10 o 20 personas que tengamos más a mano cada uno y cada una, ¿qué creéis que saldría como resultado? Yo de momento puedo contar que, de 17 conocidos que han cumplido los 30, ninguno tiene casa propia, 16 viven en pareja o con un compañero/a porque les es imposible pagar el alquiler solos.
Más de la mitad han necesitado ayuda económica de sus padres para independizarse, 5 de ellos se compraron un coche antes de vivir solos (el resto lo tenía imposible). De los 17, solo 3 han trabajado desde su comienzo en un puesto relacionado con la carrera universitaria que cursaron, el resto ha tardado entre 4 y 5 años en hacerlo.
Ninguno tiene hijos.
Quizá lo que debemos preguntarnos es: ¿se ajustan nuestras expectativas de hoy al momento actual que estamos viviendo? ¿son esas expectativas fruto de la presión social? La natalidad en España es tema aparte, que nos sigan preguntando “¿Para cuándo los niños?” tiene una contestación obvia, y una explicación muy lógica.
¿Para cuándo los hijos?
¿Es la fertilidad un bien común? Es una pregunta muy controvertida que da para otro artículo y sobre todo para que se lo pregunte el lector, ¿opinarían igual los hombres que las mujeres?
“En 2017 en España habrá más muertes que nacimientos” ese fue el titular de una noticia en un periódico online. ¿Cómo habrán ido los números este año?
Si hacemos el mismo proceso rápido estadístico que antes, ¿cuántos de vuestros conocidos o conocidas tienen peques? Como yo os comenté anteriormente, uno.
Muchas veces nos preguntan los que más nos entienden: “¡Oye, ¿y tú para cuándo los hijos?” Y piensas, “¿de verdad me lo estás preguntando?”. Se conoce la situación, y cuando contestas una das tus razones, te entienden. Claro que te entienden; aquí la pregunta interesante es ¿cómo podrías mantener a un hijo?
Las madres y los padres son héroes. Algunos quizá pensemos que se debieron plantear el tener descendencia. De esos conocidos que tienen peques en casa, ¿cuántos tienen más de un trabajo? ¿Cuántos una jornada laboral que les impide verles?
¿Cuántos tienen tiempo para hacer los deberes con ellos, o simplemente jugar?
Decidir tener o no tener hijos no parece una tarea fácil, y menos en la situación de ahora, no solamente es el dinero, es el tiempo que has de invertir. Muchas veces pensamos que ya nos ayudará la abuela, el abuelo, que sus profesores tienen la obligación de enseñarles todo, y ciertas cosas realmente no son su labor, nosotros seríamos sus verdaderos educadores.
He llegado a oír a un padre comentar a otro “ya se han acabado las vacaciones, ahora a comerme al niño todo el verano”. Y ese comentario me ha hecho preguntarme: ¿y por qué lo tuviste? ¿Por qué tenemos hijos? Esto nos puede llevar en muchas ocasiones a cuestiones como: dada mi situación actual personal, ¿podría tener un hijo?, y lo que es más, ¿debería tener un hijo?
¿Acaso vivimos una época en la que ya no tenemos el poder de decidir todo esto solamente en base a nuestras circunstancias y mucho depende de lo que pase en el contexto externo?, o por el contrario, ¿siempre se puede sacar el tiempo que necesitan? Y de ser así, ¿las madres y los padres?
Eso es tema de otro artículo. Como diría Truman Burbank: “Por si no nos vemos luego, buenos días, buenas tardes, y buenas noches”.