La Navidad para los Niños en Venezuela está a las puertas y la ilusión de tener un juguete nuevo en sus manos se desvanece. El país está en un completo colapso y el ambiente navideño de unos cuantos años atrás ya no circula por las calles, ni las hallacas ni el pan de jamón. San Nicolás como que no visitará muchas casas en esta navidad y serán muy pocos los niños que sonrían al ver una caja envuelta en papel de regalo. Algunos ya ni les importa jugar a los carritos, solo quieren tener alimento en su estómago, otros tienen que salir todos los días a trabajar en las calles para buscar su propio dinero, mientras que otros más, escogen solo tocar las puertas para pedir algo de comer.

La navidad se acerca y para casi todos los niños, estos días pasarán como cualquier otro. ¿Quién le robó la alegría a los niños en Venezuela?, ¿quién le quitó sus alimentos?, ¿quién le quitó sus medicinas?, ¿quién le quitó el derecho de reír y disfrutar de su infancia?

Para nadie es algo oculto que en Venezuela se ha implantado una dictadura. Corruptos se han adueñado de los poderes y de las riquezas del país, no quieren soltar el dinero que es del pueblo, que debió ser utilizado para cubrir sus necesidades y aspiraciones. Un pueblo que ahora sufre sin poder encontrar la salida.

¿Quién piensa en los niños de Venezuela?

Es triste ver a los niños, que son el futuro de un país, no tener una educación de calidad, no tener una buena alimentación, no tener medicinas cuando se enferman y no tener juguetes que les permitan ser niños.

Los niños en otros países ya están contado los días para recibir su regalo de navidad. Muchos adultos están comprando sus estrenos y decorando un alto árbol de navidad. Pero, ¿qué pasa con los niños que están presos en Venezuela? No digo encerrados tras unas rejas por opinar en contra del gobierno, digo encerrados en sus casas sin poder pasear libremente, digo presos del miedo y de la confusión.

Cuando por todo el mundo se abran las botellas de champagne y se estrenen los vestidos caros, ¿quién pensará en ellos en esta navidad? Los que están en el poder no pensarán en ellos, no lo han hecho nunca. Cierran sus ojos para no ver cuando un niño revisa en la basura o cuando muere de desnutrición. Prefieren armar regalos para darlos a los dirigentes militares para así acallar su conciencia.

¡Qué triste será esta navidad para cada niño en Venezuela! También lo será para todas aquellas madres que no podrán comprarle una Barbie a su hija o un carrito a su niño. Sí, ellos quieren comer, pero también desean jugar y reír sin tener nada de qué preocuparse, porque al fin y al cabo esa es la ilusión de un niño.

Pensemos en estas navidades en ellos y cómo podemos hacer sonreír a un niño en Venezuela.