¿Sabes algo? para vivir tu propia vida debes dejar de preocuparte por la de los demás, cada cual tiene su historia personal con experiencias magníficas que determinan el rumbo de su vida.

Permíteme preguntarte algo ¿Estás viviendo tu vida realmente de la manera que quieres vivirla? Si tu respuesta es "si" te felicito, eres de las pocas personas que son verdaderamente triunfadoras y que tienen el control completo de su vida. Pero si no es así, déjame decirte que formas parte de un grupo muy grande de personas desdichadas que están viviendo la vida que otros les están decretando.

Y ¿Vale la pena vivirla así?

Sí, todos en algún momento hemos pasado por eso, deseamos la vida de algún vecino y existen algunas situaciones o circunstancias que quisieras tener de tu amigo o amiga, vecino o pariente, porque crees que es más afortunado que tú, sin embargo; hay que aprender a apreciar lo que se tiene, ya que de lo contrario podrías llegar a vivir tu vida con grandes sentimientos de desagrado.

El verdadero problema consiste cuando terminamos viviendo la vida que los demás quieren para nosotros y muchas veces ¡Ni siquiera somos conscientes de ello! Uno de los mayores miedos es quedarnos solos, buscamos la aceptación de los demás (padres, hijos, esposos, novios, amigos, jefes, compañeros de escuela, trabajo o universidad, maestros, vecinos, etc.) y nos trasformamos en una mezcla insólita de todo lo que los demás esperan de nosotros, lo cual se encuentra demasiado lejos de ser la vida que realmente queremos vivir.

Nuestra propia vida.

No te conformes con solo hacer lo mismo que todas las personas que ves, o replicando opiniones, deseos y sueños de otros. Vive tu propia vida y date la oportunidad de investigar la belleza de tus propios sueños, pensamientos, opiniones o proyectos.

Realmente no está mal tomar los consejos de otras personas que han podido tener más experiencia que nosotros, si eso significa una mejoría en nuestra vida.

No se trata de caer en una mala actitud y no escuchar a los demás porque esto nos estaría cerrando las puertas de nuevas oportunidades de aprender o de abrirnos a otros puntos de vista que podrían ser muy útiles, pero hay que ser muy inteligentes y no caer en la trampa de una situación en la que te puedes convertir en el prisionero de los demás, sin duda alguna es tu vida y tienes todo el derecho de vivirla como quieras, dándote siempre la oportunidad de desarrollar tus cualidades creativas libres de miedo y de presión.

Hay que desarrollar la habilidad de valorar lo que se tiene, debes de tener en cuenta que lo que le sucede a los demás no te corresponde a ti, vive al máximo y lo mejor que puedas. Cuando te comparas con otros dejas de verte a ti mismo y pierdes la oportunidad de desarrollar tus propias habilidades, por estar pendiente de los demás y dejas de ver tus logros por concentrarte en lo que te falta.