El 1 de Octubre de 2016, El PSOE andaluz, que contaba día a día con un creciente peso en la organización, unidos a los barones críticos, a los dirigentes históricos, a las federaciones más importantes, a los fieles a Eduardo Madina y a numerosos líderes socialistas, derrocaron a Pedro Sánchez tras un bochornoso y esperpéntico Comité Federal… ¿Día trágico para el socialismo español o la antesala de la pantomima perfecta? Lo que aparentemente fue el derrocamiento injusto del Secretario General elegido democráticamente por las bases, pudo haber sido una estrategia global y acordada por todos los actores de ese fatídico día para las bases del socialismo español.

El objetivo no sería otro que reforzar a Sánchez de cara a las futuras elecciones primarias y darle al PSOE una imagen reforzada como partido de Izquierdas.

No resulta en absoluto descabellada esta hipótesis, de hecho, hay más argumentos a favor que en contra a la hora de defender esta teoría; de hecho, eran ya por entonces sobradamente conocidos los apoyos que suscitaba Sánchez entre las bases. Había calado plenamente su mensaje de “no es no” a la investidura de Mariano Rajoy como presidente del gobierno.

¿Qué razones podrían tener los barones y antiguos dirigentes para enfrentarse a Pedro Sánchez?

Tenían todo en contra, sabían el desgaste que su propia imagen iba a tener, pero a su vez, eran conscientes de que sin sacrificio y sin dar una imagen de renovación, el PSOE jamás tendría opciones reales de recuperar a los votantes que depositaron su confianza en Podemos.

El PSOE tuvo los peores resultados electorales de su historia y sus dirigentes sabían perfectamente que esos votos se habían fugado por la izquierda. Tras su derrocamiento, Pedro Sánchez cambió su discurso, se dirigió a los votantes que se habían marchado al partido de Pablo Iglesias y confesó a Jordi Évole sus errores: “Me equivoqué al tachar a Podemos de populistas, el PSOE tiene que trabajar codo con codo con Podemos”… Fue el inicio de su particular giro a la izquierda.

El mismo Pedro Sánchez que había pactado sin ningún rubor con la formación de Albert Rivera se declaraba abiertamente defensor de llegar a acuerdos con Podemos. El apoyo de las bases los tenía garantizados, por lo que el futuro candidato a la Secretaría General del PSOE comenzó a lanzar sus redes a los votantes de Podemos.

Y mientras… ¿Cuál era la estrategia de Susana Díaz?

Declararle la guerra abierta a Podemos, cuestionar el giro a la izquierda de Pedro Sánchez y ganarse el rechazo de las bases socialistas. Una operación Kamikace probablemente premeditada a cambio de mantener su cuota de poder en Andalucía, como finalmente ha sido.

¿Qué es el PSOE en la actualidad?

Hay sobradas razones para pensar que el PSOE es un lobo con piel de cordero. Eso sí, la estrategia les habría salido perfecta y el mismo Sánchez que pactaba con Ciudadanos, ha construido una imagen de sí mismo de estadista de izquierdas. Ha calado la idea de un PSOE renovado. Pero esa renovación es más falsa que un billete de 60€.