El 1 de enero Margot Wallström (Ministra de Asuntos Exteriores de Suecia) fue elegida presidenta del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La política sueca es conocida por llevar el feminismo a uno de los cuerpos claves de la ONU. Desde que ocupa el cargo trabaja para fortalecer el rol de la mujer en la prevención de conflictos y, como mediadoras en procesos de paz, además de tratar conseguir el reconocimiento de los derechos de Mujeres y niñas en todo el mundo.

La mujer en diplomacia

Respecto al papel de las mujeres en diplomacia, las mujeres líderes son conocidas por practicar un liderazgo transformativo.

Este estilo acentúa la importancia en el proceso en lugar del resultado, caracterizándose por ser más receptivo e inclusivo, así como por usar la intuición y estrategia. Puede ser reconocido por su capacidad de identificar cambios y crear nuevas estrategias para alcanzar la igualdad de oportunidades. El impacto de la inclusión de mujeres en puestos diplomáticos no solo se refleja en la inclusión de la perspectiva de género en todas sus políticas resultantes, sino en la inclusión de todos los grupos (por minoritarios que sean) afectados.

Las diplomáticas juegan un papel esencial en las negociaciones, procesos y operaciones de mantenimiento de paz, respuestas humanitarias y reconstrucciones post-conflicto.

Además, en la Conferencia de las Mujeres de Pekín (1995) quedó reflejado que "la participación de las mujeres en la toma de decisiones no es solo un requisito básico de justicia o democracia, sino una condición necesaria para considerar los intereses de la mujer. Sin la activa participación de las mujeres y la incorporación de sus perspectivas a nivel de toma de decisiones, los objetivos de igualdad, desarrollo y paz no se pueden conseguir".

Los datos indican que seguimos el camino contrario

En enero de 2017, únicamente había 10 mujeres como Jefe de Estado y 9 de Gobierno, descendiendo de los datos de 2013, cuando el número para ambos era de 17 líderes. Las mujeres también han sido elegidas como Ministras (17%), pero, normalmente, para dirigir un Ministerio asociado al tradicional rol de la mujer (educación, sanidad, igualdad...).

Respecto al mundo internacional, la proporción de mujeres se ha duplicado desde la década pasada, pero aun así el porcentaje se mantiene bajo (14%), según los datos de Unión Interparlamentaria.

Pese a los beneficios que aportan las mujeres al mundo diplomático, los datos muestran que no estamos aún cerca de la igualdad. Aparentemente podría considerarse un asunto de discriminación y así creo que es en muchos países donde las mujeres no ostentan los mismos derechos que los hombres.

Sin embargo, en occidente, parece más acertado tomar la conclusión a la que llega Pippa Norris en su libro "Passages to Power"". El desequilibrio en estos lugares donde existe una igualdad formal, es decir, las leyes contemplan la igualdad de oportunidades, es producto de los problemas de conciliación por la dificultad de compatibilizar la vida laboral y personal.

De cualquier manera, ese parece reducirse en países con fuertes partidos de izquierda que han introducido cuotas.

Mientras este problema persista en occidente y la igualdad no se refleje en ninguna de sus formas (formal o real) serán fundamentales las acciones de embajadoras no solo como Margot, sino como Emma Watson y la iniciativa "heforshe".