La curvaestá de moda...es una realidad y es fantástico pero como suele pasar en esta vida, los extremos nunca son buenos.

Antes de nada decir que este artículo no es un ataque hacia la gente con sobrepeso ni nada por el estilo, de hecho yo soy gorda...ni curvy, ni gordibuena ni gordifucking buena ni nada de eso: soy gorda a secas.

Y como gorda a secas llevo un tiempo viendo como la revolución curvy va arrasando en las redes sociales y en internet en general. Surge como un rechazo natural al canon irreal que el mundo de la moda ha estado imponiendo estos últimos años, un tipo de belleza casi inalcanzable e insano donde la Mujer se convierte en un maniquí sin curvas, sin celulitis, sin flacidez...casi muñecas de plástico.

Todos que contamos con un mínimo de sentido común nos horrorizan esos desfiles de moda donde se pasean modelos que muestran una imagen enferma todo huesos y piel o nos enfadamos cuando determinado diseñador de prestigio declara que "no hace ropa para gente gorda" (y yo no compro ropa de gente sin cerebro).

Hasta aquí apoyo al movimiento curvy al 100%.

El problema viene...

- cuando se confunde el término curvy con obesidad.

- cuando se pretende disfrazar una enfermedad con un movimiento de empoderamiento del cuerpo de la mujer.

Estar gorda no es una moda, estar gorda no es sano y no toda la gente con "unos kilos de más" son curvys.

Desde hace tiempo el tema de las tallas está siendo un problema y es que a cada año que pasa los centímetros van mermando y lo que antes era una "normal size" ahora es una "plus size".

Cuando era niña una mujer que llevaba una talla 44 era una mujer totalmente normal y corriente: ni curvy ni pepinos en vinagre. Ahora esa misma talla 44 se sitúa en la zona de tallas grandes. ¿Os podéis creer que una icono de belleza como Marilyn Monroe usaba una talla 42/44?. En nuestros días Hollywood la tacharía de gorda al igual que hacen con bellezones como Scarlet Johansson o Jennifer Lawrence.

De la misma manera que una mujer que usa una 44 no debería ser incluida dentro de la categoría de las tallas grandes alguien que usa una talla 60 o más no debería llamarse curvy.

Y digo ésto porque ponerle esa etiqueta a una persona que tiene un problema de salud hace que se desvirtúe su propia imagen y su enfermedad y esto puede provocar que no le de la atención que se merece.

Si te ahogas por subir un par de tramos de escaleras...

Si al levantarte de la cama sientes el cuerpo dolorido y acartonado...

Si cuando vas de excursión con tus amigos aficionados al trekking no puedes seguirles el ritmo ni media hora...

Si te duelen las piernas y la espalda casi a diario...

No eres curvy.

La obesidad es una enfermedad no un hastag de moda y tu huesos, tu corazón y tus pulmones no están preparados para soportarlo. Hacer pensar a una persona que pesa 150 kilos que está sana y estupenda porque es curvy es tan horrible como hacer pensar a una adolescente que tiene que pesar 30 kilos para ser bella.

La moda de las tallas híper pequeñas ha hecho mucho daño, no hagamos que la moda curvy lo haga más aún.