Al Este de la República Democrática del Congo (RDC), lamentablemente, el odio hacía las comunidades y poblados cristianos, es un hecho que cada día se pronuncia más y más. Asimismo, este desprecio se ha convertido en el diario vivir de estas personas, la persecución y la muerte son la expresión que infunden grupos rebeldes religiosos que odian y desprecian el cristianismo en esa región.

A principio de este mes, fueron asesinadas de una manera cruel y salvaje 17 personas por causa de ser cristianos. Según un informe elaborado por la organización World Watch Monitor, se han registrado más de 38 casos de personas cristianas que han sido descuartizadas con machetes y cuchillos. La pregunta sería ¿Dónde están los derechos humanos de estas personas?

Lo peor de todo esto, es que las autoridades competentes del Congo no han podido hacer nada, ya que son grupos rebeldes que se han identificados como  yihadistas. El administrador de la región de Beni, Bernard Kalonda Amisi informo ‘el grupo rebelde yihadista se enfrentó a las fuerza militares, logrando este grupo entrar a los hogares de los cristianos para asesinarlos de una manera cruel, decapitándolos y picándolos a cada uno’.

   

Según un misionero pastor, informó que los habitantes de esa región están siendo atemorizados y perseguidos por grupos islámicos que están en contra de la religión cristiana; muchos de ellos han tenido que trasladarse a otros lugares.  

Líderes cristianos han denunciado ante las autoridades competentes de esa nación y ante organizaciones internacionales lo que se está viviendo en la región, sin embargo, no han sido atendidas como debe de ser, ya que, el plan es desplazar a todos los cristianos de sus tierras y propiedades para luego ser ocupadas por grupos yihadistas.   

Finalmente, la Biblia dice: Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

Asimismo, el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice: Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.