ACAMPAR EN TENERIFE, es molesto, a ojos de las autoridades. Esta actividad según la legislación va en contra del medioambiente, así se recoge en cada uno de los planes de ordenación del territorio de cada uno de los ayuntamientos con los que cuenta la isla. Y cuando en algunos lugares esta actividad es tolerada por ley, es anulada por planes específicos del lugar. Y todo porque no hay un plan que regule convenientemente esta práctica.

Algo tan sencillo como montar una tienda de campaña, bien sea en la costa o en la montaña, o en un terreno privado, se considera infracción y es sancionable administrativamente con multas que oscilan entre los 100 y 1500€.

Solo puedes hacer vivac por encima de los 2500 metros de altitud y acampar en los camping de la isla, contados con los dedos de una mano, o en las zonas autorizadas por el Cabildo de Tenerife, las cuales han ido disminuyendo con el tiempo, de 22 zonas hace unos años se han reducido a 13.

Estas zonas están todas, casi siempre, al lado de áreas recreativas, donde la gente va a pasar el día al monte, a comer. a beber, a cantar, con todo el tránsito de vehículos, ruidos molestos, etc... Están todas situadas a lo largo de la corona forestal, no hay ningún área pública y gratuita en toda la costa de Tenerife, donde puedas acampar con tu tienda de campaña.

El campista es una amante de la naturaleza, le gusta acampar en lugares lo más naturales posibles , tanto en la montaña como en la costa, en bellos y tranquilos paisajes, en general dejan el lugar mejor o igual de cómo lo encontraron.

Es protector de la naturaleza. Contribuye a su conservación, y es consciente de la fragilidad de los diferentes ecosistemas. Es el primer interesado en cuidar del medioambiente.

Es cierto, que puede haber un impacto en el medioambiente, si las acampadas se hacen de manera descontrolada, pero ¿y si se definen convenientemente cuales son los problemas específicos que se generan al desarrollar esta práctica?

Ruido ambiental , orines, defecaciones, aguas residuales. Basura generada.

Todos estos problemas tienen solución técnica y humanamente. Solamente requieren de una compresión acertada de quien, porque y para qué se practica esta afición.

Una afición saludable y muy enriquecedora. Aporta paz, valores y conocimiento al que lo practica.

Se debería de fomentar mas esta práctica, y no al revés, como sucede actualmente, restringiéndola cada vez más. Prohibiendo incluso hasta la pernocta al raso. Busquemos soluciones regulando pero no prohibiendo. La tolerancia, es el primer paso hacia la libertad.

Irse de acampada, hacer vivac o pernoctar en un refugio libre, es una actividad muy gratificante y en absoluto va en contra del medioambiente, son algunas personas, y no la actividad propia la que puede tener impacto sobre el medio. Habría que educar mejor en valores medioambientales para corregir comportamientos inadecuados y no castigar la práctica de acampar, porque es una de las mejores formas para aprender a conservar nuestro territorio, al sentirte parte integra del entorno.

Si se debe de sancionar a alguien que sean a las personas que infringen la ley, pero no a la actividad. No todos los campistas son iguales, por las malas acciones de algunos, tenemos que pagar todos. No es justo ni razonable.

Ahora que se está revisando la política territorial, es un buen momento para reflexionar y decidir un cambio en la legislación en la que se tolere esta práctica y se regule esta actividad en Tenerife.