El crimen organizado en México cada vez está más relacionado con la economía del país, incluso ha llegado a influir en más de la mitad de los sectores económicos. Uno de los menos pensados es el editorial; aunque, en este caso, se trata de Libros pirata. En México, entre el 41 y el 44% de los libros físicos leídos son de procedencia ilegal, mientras que en formatos digitales el porcentaje aumenta a un 48%.

Dichas cifras se traducen en que 4 de cada 10 libros vendidos en el país son piratas. Con base a dichas estadísticas, México se posiciona en el primer lugar en venta de piratería de libros impresos.

Aunque las personas que se dedican a venderlos en las calles no son los encargados de su impresión, solo son la punta del iceberg.

Industria editorial pirata para lavar dinero

El crimen organizado es quien invierte dinero en la elaboración de libros piratas con el fin de lavar dinero del tráfico de armas, personas, drogas y todas las actividades ilegales que cometen. De esta forma no solo blanquean el dinero, sino también siguen generando ganancias y empleos. En imprentas informales se hacen tiras de 20 a 30.000 ejemplares del título más popular. Superficialmente buscan que el libro sea lo más convincente y parecido al original, pero por dentro la calidad es baja. Esto es porque el objetivo de su creación no está encaminado a una buena experiencia lectora.

Por esta razón, los textos piratas suelen estar mal impresos, con encuadernaciones al revés e, incluso, les falta uno o más capítulos. Muchas veces parecen ser fotocopias encuadernadas de un libro original y en otras ocasiones son las versiones digitales que circulan en páginas web piratas. Los operativos realizados por la Asociación Mexicana para la Protección de la Propiedad Intelectual, en conjunto con miembros del poder judicial, han llegado a requisar hasta 70 toneladas de libros piratas en bodegas clandestinas.

Esto durante un solo año, y el problema no se detiene.

Exportación de libros piratas mexicanos

El problema de piratería en textos literarios ha crecido tanto que ya no es un problema exclusivo de México, sino también de Centroamérica. Los controles de aduana no son eficaces en el apartado de libros pues están llegando a países como Guatemala y Belice.

Esto se debe a que la producción de libros piratas ha sobrepasado el número de lectores en México. Así que la sobreproducción esta siendo enviada a aquellos países que no cuentan con una buena economía y la piratería es un negocio sumamente redituable.

Piratería digital de libros

Sobre la parte digital, hay una gran problemática en cuestión de seguridad informática porque las páginas, que ofrecen el contenido digital gratuitamente, suelen usar los datos personales del usuario con el fin de lucrar. También pueden ser víctimas de hackeo. La emergencia sanitaria provocada por la Covid-19 derivó en una temporada de cuarentena en la que el consumo de libros digitales aumentó un 40%, sin embargo, las editoriales solo facturaron un aumento del 5% en la venta de ejemplares digitales.