El centro de la Plaza de San Pedro vuelve a brillar un año más mientras nos preparamos para la llegada de la Navidad. El corazón de El Vaticano, el estado soberano menos poblado del mundo, ya cuenta con el tradicional árbol de Navidad y con el pesebre, que adornan las instalaciones vaticanas llenando el ambiente con un toque navideño acompañado de música y luces.

Inauguración del árbol y el pesebre en el Vaticano

La inauguración del árbol y del pesebre de este año tuvo lugar la tarde del 5 de diciembre, tal y como informa el portal de noticias multimedia Vatican News, argumentando que se trata de una tradición popular puesta en marcha en 1982 por Juan Pablo II que "acompaña e invita a turistas y peregrinos de todo el mundo" desde hace 37 años.

Este año, el impactante abeto tiene 26 metros de altura, con un diámetro de 70 centímetros, y ha sido donado junto con una veintena de árboles más pequeños, "utilizando un diseño especializado para limitar el impacto ambiental y el consumo de energía".

Obras confeccionadas en memoria de la tormenta en el Triveneto

Tanto el árbol como el pesebre están vinculados con el recuerdo de la tormenta que de octubre a noviembre de 2018 devastó muchas áreas de la zona norte de Italia conocida como el Triveneto, ya que han sido confeccionados con algunos troncos de madera procedentes de las áreas afectadas por este desastre natural.

El pesebre, que representa la tradicional escena del nacimiento de Jesús, está hecho de madera y compuesto de entre 20 y 25 figuras de tamaño natural talladas en madera policromada, entre ellas la Sagrada Familia, los Reyes Magos, pastores, animales, objetos y plantas.

Un escenario navideño que sin duda atrae la atención de miles de turistas que diariamente pasan delante de la Plaza de San Pedro, visitada cada año por millones de personas y cuyo poder simbólico trasciende el mero sentido religioso.

Una tradición más allá de las creencias religiosas

Y es que la tradición de que en los hogares y lugares públicos se armen el árbol de Navidad y el pesebre en estas fechas va más allá de las creencias religiosas cristianas, ya que ambos se han convertido con el paso de los años en "elementos culturales" que reflejan la unidad y la caridad social, llegando a estar presentes incluso en ámbitos no estrictamente religiosos, como plazas públicas, centros comerciales, aeropuertos, estaciones de transportes y hasta famosas empresas multinacionales que progresivamente deciden sumarse a esta popular tradición, colocando en sus sedes los más bellos árboles de Navidad y los más originales belenes.

Incluso el Papa Francisco se suma a esta tradición y el próximo 15 de diciembre, después de rezar el habitual Ángelus, bendecirá, asomado a la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano, las imágenes del Niño Jesús que lleven los peregrinos que acudan a la cita dominical y que posteriormente serán colocadas en los pesebres de cada casa en esta Navidad.