Los cinéfilos que amamos el Cine de Woody Allen y vemos su decadencia a causa de los sucesos ya conocidos, ciertos o no, tampoco nos gusta ver que, incluso en los peores tiempos, el maestro neoyorkino tenía financiación para sus nuevas películas, incluyendo las rodadas en Europa.
Ahora, con el Movimiento MeToo, estricto con ciertos comportamientos, e incluso con opiniones de que su cine ya estaba anticuado para algunos, actores y actrices han decidido no trabajar más con él o dicen arrepentirse de haberlo hecho, salvo Alec Baldwin, que lo consideró “un privilegio”.
Aparte que ya no se atreven a financiarle nuevos proyectos, creyendo que serían ruinosos. Primero, por que antes, muchas películas suyas ya no atraían tanto público como antes, ni siquiera en Europa, y muchos críticos de cine decían que el cineasta “rueda con el piloto automático puesto” y que “vive de las rentas”.
Pero en Europa no es tan unánime proscribirlo, y hay productores que creen que Allen se merece seguir rodando, aunque sea en Europa y para un público de minorías, algo que el cineasta ha asumido desde hace años.
Mediapro negociaba rodar con Allen en Barcelona
Jaume Roures, el dueño de Mediapro, había contado el pasado junio en una entrevista a la cadena catalana RAC1 que estaba en negociaciones con Woody Allen para rodar una nueva película el año que viene, 2019.
Mediapro le produjo a Allen varias películas suyas, la primera “Vicky, Cristina, Barcelona”, que revolucionó la capital catalana el verano de 2007, que adora la obra del neoyorkino y se considera alma gemela de su manera de ser. Luego le produjo más, como “Medianoche en Paris”, “A Roma con amor” y “Blue Jasmine”.
En dicha entrevista, Roures aseguraba que esperaba convencer a Allen para que su próximo proyecto se rodara nuevamente en Barcelona, algo de lo cual decía sentirse optimista de conseguirlo.
Allen dijo que no descartaba que fuera así, aunque viendo el rodaje mencionado de 2007, accidentado, se llegó a decir que el cineasta quedó decepcionado por el trato de alguna gente hacía él y su película, y que habría jurado no volver a rodar allí.
Pues no sabemos si dichas negociaciones habrán tenido buen fruto, pero lo cierto es que Allen ha decidido aparcar sus proyectos al menos hasta el año 2020, a ver si entonces encuentra financiación o ha amainado la tormenta.
Su última película sigue inédita
Y lo que es más triste, su última película, “A rainy day in New York” (Un día lluvioso en Nueva York), sigue en un cajón sin fecha de estreno, en las oficinas de Amazon, la plataforma de VOD que la produjo. La misma compañía le produjo antes su miniserie televisiva reciente y su anterior película, “Wonder wheel”. No se sabe si se estrenará por esa plataforma o quedará inédita. A no ser que se hiciera como la última novela de Patricia Highsmith, que se publicó en Europa y se retrasó mucho su publicación en su país natal.
No obstante, los cinéfilos, si no está Allen, tenemos a sus herederos, que son miles, sobre todo en Europa: buena parte del cine francés, como Agnès Jaoui, o el italiano Nanni Moretti.