Así de tajante ha sido la afirmación que se recoge en la página oficial de la Universidad de Cincinnati, sobre el extenso ajuar de un guerrero griego de la Edad del Bronce (3500 a.C.) encontrado en el conocido como palacio de Néstor cercana a la antigua Pilos.
“Pylos Combat Agate”
Es la forma de denominar la escena que se plasmó en la pieza que ha captado la atención de toda la comunidad arqueológica del mundo heleno; la escena del objeto es un fotograma del momento en que un personaje masculino –que porta espada, larga cabellera propia de las representaciones minoicas, maza y taparrabos- está realizando el “golpe de gracia” sobre otro guerrero, que se protege con un escudo y un casco.
Este último intenta herir con su lanza a aquel que está sentenciando su vida, pero de forma inútil. Debajo del soldado ganador yace otro guerrero, totalmente muerto –se plasma por la representación de su cuerpo flácido, contorsionado por haber caído de forma abrupta al suelo-. En cierta manera me recuerda al monumento de época helenística de los Gálatas.
En palabras de Davis, uno de sus descubridores, lo que es fascinante es que la representación del cuerpo humano tiene un nivel de detalle y musculatura que no se vuelve a encontrar hasta la Grecia Clásica, mil años después de esta pieza […] es un descubrimiento espectacular. Ante estas declaraciones hay que mencionar que la escena se ha representado en una superficie muy pequeña, algunos de los detalles son milimétricos.
Ecos de los cantos de Homero
La lucha entre los dos contendientes evoca los textos de la Ilíada y la Odisea, aquellos enfrentamientos entre griegos y troyanos por culpa de una mujer, Helena, que fue “raptada” por Paris y que originó el conflicto entre los micénicos –continente griego- y los troyanos –Anatolia-. Los héroes se enfrentaban en combates singulares, donde demostraban sus dotes aristocráticas, que eran superiores al resto de la sociedad.
Los dioses intervienen en estos conflictos, ayudando a unos o a otros, dependiendo de sus preferencias; e incluso se hacían acuerdos entre aristócratas de uno y otro bando, debido a lazos de amistad creados por antepasados y que son respetados por sus descendientes.
Una pieza minoica en un enterramiento micénico
Ya no es solo que la escena se pueda vincular con los combates singulares de la Ilíada y la Odisea, sino que el objeto, que por su tipo de representación corresponde al mundo minoico, ha sido encontrado en una tumba de una civilización distinta.
La interpretación más difundida es que la aristocracia micénica obtenía piezas de la cultura de Creta a través del comercio o por robos, ya que los micénicos los conquistaron hacia el 1500-1400 a.C. La “Pylos Combat Agate” no tiene comparación en el mundo minoico-micénico, lo que hace plantearse a Davis que los minoicos estaban produciendo arte a un nivel que nunca antes se había planteado. Muestra que la habilidad y el interés en el arte representacional, especialmente el movimiento y la anatomía humana, está más allá de lo que se había imaginado. Combinado con las figuras estilizadas, que en sí misma es extraordinaria.
Es una reconsideración sobre la evolución y el desarrollo del arte griego.