Hemos perdido la fe, o al menos ya no se encuentra como antes entre los muros de las iglesias, de las calles o de las propias casas. Esa historia, la otra, la de encontrarla, al menos sorprendente por lo intemporal o lo extraño en estos tiempos de fast food es la que abordar David Arratibel. Converso premio a la mejor documental en el Festival de Málaga, es un relato del extraño camino que lleva a dos hermanas del director a convertirse al catolicismo practicante, es decir a creer y seguir la doctrina cristiana –todos somos cristianos oficialmente, pero el oficio se hace día a día y de esos hay pocos.

Varias historia... un órgano, un mundo, el de Navarra... el interior de una casa, el interior de las Iglesias y sobre todo la palabra. Como si fuera el film de Ordet (La palabra, de Dreyer). Converso, es un canto a la conversación... al poder que tiene para transformar. La fe, llega por la palabra, o ¿también por las acciones...? Es un campo abierto que Arratibel se sigue preguntando en ese camino íntimo que las imágenes de este film aborda, desde el retrato de sus personajes, pero también desde el encuentro con las epifanías: musicales, espaciales... espirituales. Es la pregunta que entra por la ventana abierta, como un rayo de luz, o una lengua, o una paloma en el umbral de esa casa navarra. Vamos a hablar... deja que te cuente, te he regalado un Biblia, le dice su hermana al director. La palabra es tan poderosa...