El pasado 7 de junio, Miguel Ríos cumplió 73 años. Hace ya unos años, en el 2011, que se retiró de los escenarios de una manera oficial, si bien esporádicamente, como en la minigira aniversario El gusto es nuestro o algún concierto benéfico aparece para volver a deleitarnos con su voz.
Es un buen momento para echar la vista atrás y recordar su trayectoria musical. Mediante unos breves artículos que ahora inicio, compartiré mis impresiones y mi punto de vista, el de un ferviente admirador al que su figura ha influido tanto en gustos musicales como de manera creativa.
Se traslada a Madrid en 1960, tras ganar un concurso radiofónico y decidir probar en la Música, así graba durante ocho años una serie de EPs recogidos en varios recopilatorios muy para fans, destacando las típicas como El Twist, si bien a mí me gusta bastante, Serenata bajo el sol y Tema para Rocío ( Dúrcal).
Son los tiempos de las matinales del Price, galas celebradas los sábados en el Circo Price y alguna que otra incursión en el cine.
Si bien alcanza una cierta popularidad, bajo el nombre Mike Ríos, pasa penurias económicas y en más de una ocasión tiene que recibir la ayuda económica de su familia desde Granada.
Cambio de compañía, nombre artístico y de fortuna
En estas que consigue cambiar de compañía de Philips a Hispavox y gracias a Fernando Arbex que le regala una canción hecha para él, llamada El Río consigue su primer gran éxito.
Curiosamente, la cara B de ese single es Vuelvo a Granada, canción escrita por el propio cantante y que se sale un poco de la temática habitual romántica de sus canciones.
Publica entonces su primer álbum en 1969, Mira hacia ti, de las que desatacaría aparte de las dos canciones arriba mencionadas, otras como Yo solo soy un hombre, Mira hacia ti, No sabes cómo sufrí, Contra el cristal o El cartel.
El disco se compone de muchos tiempos medios, canciones de amor, bien producidas y arregladas, muy agradables para el oído, gracias sobre todo a la manera de cantar de Miguel Ríos, por lo que recomendaría este LP a los fans de toda la vida del cantante granadino.
Poco después grabaría, en 1969, el single Himno a la alegría, una adaptación del último movimiento de la novena sinfonía de Beethoven, con los arreglos de Waldo de los Ríos.
Esta canción le supuso su mayor éxito en su carrera, ya que fue un hito en todo el mundo y le permitió al cantante, cantar en numerosas partes de América y Europa, gracias a la versión en inglés, Song of Joy que hizo y que consiguió el número 1 en muchos países.
Esta canción supondrá un antes y un después en su carrera, como os contaré en el próximo artículo.